La Generalitat Valenciana ha comunicado al consorcio de residuos de la Vega Baja que mantiene abierto un expediente desde 2013 a la empresa Acciona por el vertido de residuos a la planta no autorizada (y ya cerrada) de Proambiente en Abanilla. También que la misma empresa ha sido denunciada por un particular, que dice representar a Greenpeace, por llevar las podas generadas en Torrevieja a un vertedero de Torre Pacheco, ajeno al ámbito de recogida del consorcio y fuera de la Comunidad Valenciana.

La repercusión de los expedientes puede ser relevante si finalmente culminan en una sanción. Al margen de las multas pueden llegar a rebajar la puntuación de la multinacional a la hora de ofertar en concursos públicas de recogida de basura, como el que se plantea en estos momentos en Torrevieja.

La comunicación del director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer, al consorcio comarcal que gestiona la recogida de residuos dice textualmente que «en este centro directivo se siguen actuaciones contra (sic) la mercantil Acciona Servicios Urbanos ante la constatación, durante la anualidad de 2013, del traslado de residuos municipales de Torrevieja a la Comunidad de la Región de Murcia» y al «parecer» se está procediendo al traslado de restos de poda a un planta de sin legalizar de Murcia.

La Generalitat le reclama al Consorcio que informe sobre ambos extremos a la administración autonómica como «responsable de la valorización y eliminación de los residuos urbanos de Torrevieja». Acciona es la empresa recogida de basura en Torrevieja desde 2004. Debe eliminar en torno a 50.000 toneladas de basuras al año de Torrevieja, el mayor volumen de todas las ciudades de la comarca. Desde ese momento hasta 2014 lo estuvo haciendo en el vertedero de Proambiente de Abanilla (Murcia). Hasta agosto de 2012, con el cierre por parte del Ayuntamiento de Orihuela del acceso al recinto por su término municipal, Proambiente y las propias empresas de recogida jugaban con la supuesta ambigüedad de la ubicación exacta del vertedero, a caballo entre Orihuela y Abanilla (Murcia). Desde ese momento todos los camiones debían entrar al vertedero desde Abanilla. El cierre desde Orihuela por falta de licencia coincidió con el inicio de expedientes de sanción y aperturas de investigaciones judiciales impulsadas a raiz de las investigaciones caso Brugal, sobre el amaño en la gestión de las basuras y las irregularidades de las empresas de su principal implicado, Ángel Fenoll.

Barato

Acciona,como otras mercantiles del sector, llevaban a cabo ese transporte y eliminación por el que Proambiente les cobraba en torno a 20 euros por tonelada porque suponía un ahorro de la mitad o incluso el triple con respecto a otros recintos autorizados en la provincia de Alicante, y además estaba situado a la misma distancia por carretera que los alicantinos. La ley de residuos valenciana dispone que las basuras deben tratarse en su ámbito territorial y de forma excepcional, como en la actualidad, permite el traslado entre comarcas, ante la ausencia de instalaciones en al Vega Baja.

La Región de Murcia, tras varias operaciones en las que la Guardia Civil cazó a los operarios de Proambiente enterrando basura en zonas no autorizadas y un juzgado de Cieza, además del propio gobierno de Murcia, ordenó la clausura definitiva de todo el recinto.

Proambiente abrió varios vasos de vertido sin autorización con un grave impacto ambiental para la sierra en la que se situaban sus instalaciones, entre Murcia y Alicante y cerca del monte del Agudo de La Murada. Otra causa judicial abierta contra este mismo vertedero, y de la que la Generalitat tenía constancia mientras Acciona seguía remitiendo basura a la misma empresa, era el enterramientos de basura sin tratar bajo bancales agrícolas cerca de Proambiente. Una práctica que supuestamente le permitía al entorno de las empresas de la familia Fenoll mantener la actividad de eliminación de residuos sin colmatar del todo el único vaso que tenía autorizado en el vertedero. Práctica que ha generado daños ambientales, como la aparición de «ríos» de lixiviados, el residuo líquido que produce la descomposición de la basura orgánica.