Orihuela quiere que la procesión del Santo Entierro de Cristo sea reconocida por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La corporación aprobó ayer una moción a propuesta del grupo socialista que persigue iniciar los trámites para conseguir ese reconocimiento en base a sus singularidades. Se trata de un desfile que se viene celebrando cada Sábado Santo desde el siglo XVII, que es organizado por el Ayuntamiento y en el que participan figuras tan significativas como el Caballero Cubierto o La Diablesa, una composición escultórica de Nicolás de Bussy que incluye un diablo con pechos de mujer y que tiene prohibido acceder a los templos religiosos.

La propuesta recibió ayer el apoyo de todos los grupos políticos a excepción de Cambiemos, que se abstuvo. La encargada de defender el texto fue la edil socialista María García, que dijo que cumple sobradamente con los requisitos necesarios para ser incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La concejala valoró que «es la única procesión dentro de la Semana Santa que organiza la Corporación y que apenas ha sufrido cambios desde sus orígenes a principios del siglo XVII». Además, «es considerada una de las más singulares de España por dos elementos característicos y únicos: la figura del Caballero Cubierto, que otorga el privilegio de penetrar en los templos de la ciudad y en la Catedral sin descubrir su cabeza, y la salida en procesión del trono El triunfo de la Cruz (La Diablesa)».

La moción socialista salió adelante, pero no sólo hablaba del Santo Entierro. La propuesta servía también para dar un tirón de orejas al equipo de gobierno (PP y Cs). María García recordó que hace ya siete meses, cuando el alcalde, Emilio Bascuñana, apostó porque Orihuela llegara a ser declarada Patrimonio de la Humanidad, se creó un grupo de trabajo con representantes de las distintas formaciones políticas y especialistas en la materia, tanto de la sociedad civil como eclesiástica. «Sin embargo, la realidad es que ni el alcalde ni su gobierno han vuelto a convocar a dicho grupo ni han hablado sobre esta cuestión», apuntó la socialista. Es por ello que entre los acuerdos de la moción se incluyó el de «instar al regidor a reactivar de nuevo la mesa de trabajo sobre el Patrimonio de Orihuela» y «comprometerse a convocarla un mínimo de dos veces al año, con la intención de que desde éste órgano se impulsen propuestas y medidas para revitalizar el Patrimonio material e Inmaterial» de Orihuela.

Candidaturas individuales

Por parte del equipo de gobierno, fue la concejala de Cultura, Mar Ezcurra, de Ciudadanos, la que intervino en el debate. La edil destacó que lo considera una «buena propuesta por su singularidad y por tratarse de una antigua tradición», si bien dijo que «hay que tener en cuenta ciertos aspectos» a la hora de apostar por un reconocimiento de estas características porque, según ella, «en conversaciones con la dirección de Patrimonio Cultural valenciano, se desaconseja que se hagan candidaturas individuales». «No nos oponemos a trabajar en esa línea pero sin cerrar otras posibilidades, como que se reconozca el patrimonio de la Vega Baja, sus huertas y azuces, junto al Juzgado de Aguas».

Ezcurra dijo asimismo que es «importante» recuperar esas reuniones de trabajo sobre Patrimonio de la Humanidad «para estudiar y precisar qué elementos pueden ser susceptibles de ser declarados e iniciar los trámites para llegar a buen puerto.

El único grupo que se abstuvo en este asunto fue el de Cambiemos y lo hizo por un motivo concreto. La edil Marta Guillén dijo que «es un evento religioso financiado y organizado por la administración local, algo contradictorio porque las instituciones deben ser aconfesionales». La concejala defendió que la tradición «debe seguir existiendo pero gestionada de forma autónoma por la comunidad religiosa». También dijo que si se declara Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una de las condiciones es «que todo siga de la misma manera, y nosotros defendemos que las tradiciones deben adaptarse a los cambios sociales».

«Además, tenemos un juicio abierto por la propiedad de La Diablesa. Primero que se preocupen de que sea patrimonio de los oriolanos y después de la humanidad», concluyó la edil en relación a la causa judicial abierta entre el Ayuntamiento y la Diócesis para aclarar de quién es el trono.

En el pleno se ratificó también el nombramiento de Federico Ros como Caballero Cubierto. También se acordó por todos excepto Cambiemos, que se abstuvo.