Antonio es agente de la Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedad Documental de la Policía Nacional, aunque el martes por la noche iba de paisano, en su moto, cuando se produjo el choque del turismo y la furgoneta. Él fue el primero en llegar. Y llamó al 112. Pero, mientras, sacó del coche a los heridos. «Cuando abrí la puerta del copiloto, vi que la mujer estaba muy mal. Agonizando y encajonada. Intenté quitarle el cinturón para liberarla mientras llegaban los sanitarios», remarca el policía.

Además, explica cómo le impresionó ver «aunque dentro del coche estaba todo oscuro», cómo se descolgó «el brazo totalmente fracturado de la señora». Fue en aquel momento cuando el agente se percató de que dentro del coche no sólo viajaban la mujer herida y su pareja -fallecido en el acto-. Además, había un bebé. «Tengo un hijo de 6 meses y ver a ese niño me rompió», cuenta el agente, que atiende a INFORMACIÓN en su puesto de trabajo, en las dependencias de la Policía Nacional en Sangonera. El hombre recibía ayer las felicitaciones de sus compañeros y sus superiores. «Intenté hacerlo lo mejor posible», explica sobre su papel en el siniestro, donde también socorrió a los ocupantes de la furgoneta, dos obreros de Santomera que se dirigían a La Aparecida, y que resultaron heridos, pero estuvieron conscientes en todo momento. «Uno de ellos me dijo que le dolía mucho el pecho; y el otro, que el cuello», apostilla Tenza. El parte médico facilitado ayer detallaba que estos trabajadores, de 27 y 34 años, fueron llevados al Hospital Vega Baja de Orihuela. «Busqué fuerzas porque había que sacar a la gente», explica Tenza, que se siente satisfecho de haber salvado la vida a estas personas. Es, asegura, «para lo que se nos prepara», en referencia a su profesión de miembro de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

«Fue todo muy deprisa», precisa el agente. El niño se convirtió en su prioridad. Lo sacó del coche y se lo entregó a un médico que, como él, no estaba de servicio, pero estaba con su coche cerca del accidente. Entonces Tenza volvió a centrarse en la mujer. La sacó del coche y la logró reanimar. «Vino en sí y se puso a llorar», rememora. La mujer, de 27 años, está fuera de peligro. Fue trasladada en ambulancia al Hospital Vega Baja de Orihuela. Su diagnóstico es politraumatismo. Su hijo también está bien. Sufrió politraumatrismos y fue llevado al Hospital General Universitario de Alicante. Tenza, su ángel de la guarda, ya comentaba ayer por la mañana que su prioridad era saber cómo se encontraban.

La familia

«Gracias, Antonio, y al médico que salvaron la vida de mi prima y de mi ahijado. Nuestra familia os lo vamos a agradecer toda nuestra vida, muchísimas gracias», escribía ayer en redes sociales Noelia, pariente de los heridos. El accidente de Orihuela se producía sobre las siete y media de la tarde el martes, en el kilómetro 3 de la carretera CV-930, donde chocaron una furgoneta en la que iban dos obreros y un coche en el que viajaba la familia de Murcia. Hasta el lugar se desplazaron dos unidades del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) y dos unidades de Soporte Vital Básico (SVB), cuyos sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida del padre de familia, un joven de 26 años de edad.