Las dos plantas de transferencia de basura que precisa la Vega Baja costarán algo más de 5,3 millones de euros. La Generalitat Valenciana, a través de la empresa pública Vaersa, ya ha diseñado el proyecto inicial para habilitar estas instalaciones. Una ubicada en término municipal de Orihuela y la otra en Guardamar del SeguraOrihuela Guardamar del Segura. Su puesta en funcionamiento generará 10 puestos de trabajo y sus dimensiones permitirán compactar las 210.000 toneladas anuales que se generan en la comarca. Todo ello ofreciendo un precio final a los ayuntamientos que rondará los 79 euros por cada tonelada.
Según el informe inicial redactado por Vaersa, la planta de Guardamar tendría una capacidad de tratamiento ligeramente mayor, con hasta 113.176 toneladas anuales, lo que supone un 54% del total. La de Orihuela estaría prevista para 96.407 toneladas al año, un 46%.
Dichos municipios recibirían una compensación que podría ser en torno a un euro por cada tonelada de desechos que entre en la planta. Esa indemnización se incluye en el canon que pagarán los 25 ayuntamientos restantes por el uso de estas instalaciones.
La propuesta técnica de Vaersa para disponer estas plantas incluye tres puntos para descargar la basura de los camiones de recogida. Los desechos irían a una cinta elevadora que los metería directamente en dos tráiler para su inmediato transporte a vertedero. Todo ello en una nave cerrada.
Según las primeras estimaciones, las plantas de transferencia necesitarían algo más de cinco horas diarias para poder realizar ese trabajo de transferir basura, si bien está previsto que permanezcan abiertas las 24 horas del día para cubrir las posibles necesidades. Esto hará posible compactar en 13 camiones de gran tonelaje los desechos que se generan cada día en la Vega para enviarlos a los vertederos de Jijona, Alicante, Elche y Murcia. Ese trabajo sería posible gracias al personal que se prevé contratar. En dichas plantas habría trabajando 10 personas, compartiendo entre ellas los cargos de jefe de planta y los oficiales electricista y mecánico.
Carácter transitorio
Estas infraestructuras forman parte de la denominada solución transitoria del Plan Zonal de la Vega, el único que no está desarrollado en toda la Comunidad. La necesidad de habilitar estas plantas radica en que la comarca carece de instalaciones para el tratamiento de desechos. Hoy por hoy los camiones de basura que recogen cada noche los desperdicios de los 27 municipios de la comarca tienen que desplazarse después hasta los vertederos. Uno a uno y sorteando distancias de hasta 70 kilómetros. Esos traslados han disparado el recibo de la basura y la solución para reducir el coste pasa por las plantas de transferencia.
Cabe recordar que hasta un año y medio ese trabajo para transferir residuos se realizaba en la planta de Abornasa, en Crevillent, que fue clausurada. Esa situación obligó a reorganizar la distribución de las basuras y generó malestar entre los Ayuntamientos porque, en función del vertedero que se les asignó y la distancia a recorrer, gastaban más o menos.
Así, las plantas de transferencia servirán para compactar en vehículos tráiler la basura de varios camiones de recogida, lo que ahorrará coste en desplazamientos, en depreciación de los vehículos y se disminuirá el impacto ambiental.
Hasta el momento son cerca de 60 camiones los que cada día trasladan a los vertederos los desperdicios, mientras que con esta solución transitoria se compilaría todo en 13 tráiler, con el consiguiente ahorro. Está previsto que estas dos instalaciones se desmantelen una vez que la Vega cuente con sus plantas de tratamiento de residuos y con un vertedero.
Modificaciones
El proyecto inicial redactado por la empresa dependiente de la Generalitat ha sido sometido a consideración de los técnicos del Consorcio de Residuos de la Vega, que han pedido realizar algunas modificaciones. Una de ellas, la de incluir un foso de descarga para que, en caso de que la maquinaria sufra alguna avería, los camiones puedan depositar allí las basuras durante unas horas hasta que se solucione. También se pide que se amplíen las naves industriales. Otro de los asuntos que cuestionan los técnicos es el precio que costarían las instalaciones, calculado inicialmente en 5.374.221 euros. En ese sentido, apuntan que los importes para obra civil parecen demasiado elevados en relación a los precios de mercado, por lo que piden que se revisen.
