La paralización de las obras en el Colegio Playas de Orihuela desde el pasado mes de diciembre se debe a que el anclaje de la fachada contemplado en el proyecto no cumple con la normativa sísmica aplicable en Orihuela Costa, una zona de alta actividad. Así lo desveló la portavoz de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro, Yolanda Fernández, tras una reunión mantenida el viernes con la Dirección Territorial de Alicante, el jefe de Educación y los arquitectos que están realizando el seguimiento de las obras.

Según Fernández, la obra se encuentra paralizada por «un problema sismoresistente encontrado en la fachada caravista tras una de las inspecciones realizadas por los técnicos, arquitectos y directora de la Conselleria. El problema es el anclaje de la fachada, que no cumple con la normativa de proyectos que entró en vigor en el año 2002, en zonas sísmicas como Orihuela Costa», explicó.

Ante esta situación, la empresa ha realizado una modificación de obra, lo que supondrá aumentar los 4,6 millones por los que se adjudicó el centro. Este diario trató ayer de confirmar los datos aportados por los padres con la Conselleria, sin éxito, por lo que no ha trascendido qué cantidad supondrá esta modificación, ni si desde Educación asumirán este sobrecoste derivado de modificación del proyecto.

La edil de Educación de Orihuela, Begoña Cuartero, ya advirtió de que en el caso de que esta modificación no fuese aceptada, supondría la anulación de la adjudicación, por lo que habría que redactar un nuevo proyecto y sacarlo otra vez a su licitación, con el retraso que ello supondría, ya que «ningún técnico arquitecto ni directores de obras de la Dirección Territorial van a firmar un informe positivo en la situación actual en la que está proyectada la fachada», apuntaron desde la AMPA.

Cabe recordar que este retraso de mes y medio ya supone que no se cumplirán los 18 meses de plazo para la construcción del centro, que la comunidad educativa espera como agua de mayo tras 14 años exclusivamente en barracones, por lo que desde la comunidad educativa esperan que Valencia acepte la modificación y los trabajos pueden continuar cuanto antes, ya que actualmente tan solo hay «dos grúas y una montaña de arena abandonadas».