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Orihuela

Conflicto por un pino en Las Monserratinas

Medio Ambiente autorizó la eliminación de un árbol en una comunidad de propietarios, pese a que algunos residentes están en contra

El árbol de la «discordia», en el barrio de las Monserratinas. información

El portavoz de Cambiemos Orihuela, Karlos Bernabé, pidió ayer al edil de Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández, que medie en un conflicto vecinal originado por la tala de un pino de más de medio siglo de vida en una comunidad de propietarios del barrio de Las Monserratinas de Orihuela, ya que fue una resolución de Medio Ambiente autorizando la tala del árbol lo que originó dicho conflicto, culminando con una vecina encadenada al ejemplar el pasado miércoles para evitar de este modo su tala.

La resolución de la Concejalía autorizando la tala se hizo efectiva en septiembre, después de que se diera permiso a la comunidad de propietarios «conforme al informe del inspector que envió la Concejalía para comprobar que los posibles problemas que denunciaban los vecinos eran verídicas. Y tras confirmarlo se autoriza desde la Concejalía para evitar daños mayores en el futuro al confirmar los daños que puede producir».

Sin embargo, y tras encadenarse esta residente, que no está de acuerdo con la solución propuesta por el presidente de la comunidad de vecinos, la Policía Local comprobó que no existía acta de la reunión de la comunidad en la que se aprobara la tala del ejemplar, por lo que se suspendió, pese a que ya se había personado en el lugar la maquinaria necesaria para su eliminación.

Privado

Los partidarios de su conservación defienden el gran valor ambiental del ejemplar, con más de 50 años en el inmueble en un terreno privado que «hay que defender, porque al final el patrimonio arbóreo es de todos», explicó el edil de Cambiemos.

Por su parte, los que apuestan por la tala, denuncian que el crecimiento del ejemplar está provocando daños en el edificio debido al crecimiento de las raíces y su gran altura.

Oídos sordos

De este modo, el miércoles se podó para evitar que las ramas llegasen a las casas hasta que se busque una solución que contente a todas las partes y acabe con el conflicto entre la comunidad vecinal. Un problema, según Bernabé, al que «el Ayuntamiento no puede hacer oídos sordos y mirar para otro lado. Hay que proteger el patrimonio arbóreo con algún tipo de ayuda si fuese necesario para garantizar su mantenimiento y conservación».

Por su parte, el edil responsable del área de Medio Ambiente, Miguel Ángel Fernández apuntó a que no existe ningún tipo de ordenanza o mecanismos que le dé al Ayuntamiento la potestad de intervenir en estos casos, por lo que la protección de dicho patrimonio recae en la Conselleria, y en lo que esta administración tenga catalogado como requisitos para su protección, por lo que el Ayuntamiento no tiene competencias.

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