Cientos de feligreses veneraron ayer a Santa Águeda en la tradicional romería que, como cada cinco de febrero, volvió a inundar las calles de Catral para cumplir una tradición que se repite siglo a siglo. Una de las romerías con mayor afluencia de la Vega Baja, pues no en vano cuenta con la declaración de Interés Turístico Provincial. La imagen de Santa Águeda partió desde la iglesia, a donde fue trasladada la noche del sábado, hacia su ermita. El traslado se produjo tras la misa oficiada por el párroco de Nuestra Señora de las Huertas de Lorca, el reverendo Pedro Calvo, y se inició en una plaza abarrotada de cientos de seguidores de toda la comarca de la Vega Baja.

La imagen, una pieza del escultor valenciano Carmelo Vicent Suria, recorrió las calles de la localidad durante un kilómetro y medio, un recorrido animado por cerca de un centenar de puestos de productos típicos de esta romería como los turrones o las bolsas de caramelos, que han atraído durante el fin de semana a los visitantes, a pesar de ayer que el viento y la lluvia intermitente deslucieron en algunos momentos la romería.

Los devotos se encomendaron así, como cada año, a Santa Águeda para pedirle cosechas abundantes, en un año donde las fuertes lluvias han hecho mucho daño a la huerta de la Vega Baja, así como implorar protección frente a las enfermedades relacionadas con los pechos, como es tradicional.