El temporal se cebó en la madrugada del sábado al domingo con Guardamar del Segura, especialmente en la zona de Playa Babilonia, donde el agua volvió a llegar una vez más a las casas, provocando el derrumbre de una vivienda y un socavón en la calle Ingeniero Codorniu, paralale a esta línea de costa. La vía quedó ayer cerrada al tráfico para evitar mayores derrumbes en la calzada que pudiese ocasionar daños personales al paso de vehículos. El Ayuntamiento instaló pivotes desmontables, y se han otorgado llaves a los vecinos de esta zona para que solo ellos, "que conocen la zona y saben por dónde se puese circular con seguridad" puedan acceder a sus casas, señaló ayer el alcalde de la localidad, el socialista José Luis Sáez.

Los daños se extendieron a prácticamente todo el litoral de la localidad. Las olas de hasta 6,5 metros de altura según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, facilitados por Sáez, obligó a cerrar el paso hacia el espigón y el faro de Guardamar, muy frecuentado por pescadores, turistas y visitantes, junto al puerto de la localidad. Las corrientes, que engulleron buena parte de las playas, anegó el local que Cruz Roja, que presta el servicio de socorrismo en la localidad, posee en la Playa Centro. El mar también arrastró parte del material de la entidad, que se perdió a causa de las corrientes.

El viento también provocó la caída de una cornisa superior en un edifio de cuatro plantas en el Paseo de Europa, aunque no hubo que lamentar daños personales.

Es la segunda vez en apenas un mes que Guardamar sufre los efectos de un temporal marítimo, especialmente en la Playa de Babilonia, que ya en otras ocasiones ha quedado engullida por el mar. Entonces, el agua destrozó una treintena de porches de otras tantas viviendas.

El Ayuntamiento se reunió entonces con el Ministerio, quien se comprometió e elaborar un plan de actuación para atajar con estos problemas que se remiten con cada temporal en esta zona de la localidad. Aunque el plazo para presentar dicho proyecto expira esta semana, según apuntó Sáez "mañana llamaré de nuevo al Ministerio, en esta ocasión las consecuencias han sido más graves" por lo que han cambiado las acciones a llevar a cabo y la necesidad de que éstas se acometan de inmediato. En esta ocasión otras infraestructuras del litoral, como lavapiés, papeleras y zonas de ocio han quedado completamente devastadas.

Ahora mismo lo que más preocupa, dejando aparte el derrumbe de la vivienda, es el socavón, aunque habrá que esperar a que amaine el temporal para valorar los daños en la calzada, pues "aún a estas horas el mar continúa golpeando la zona y es inviable hacer nada", apuntó Sáez.