Dos noticias relacionadas con Torrevieja han zarandeado esta semana mi ya de por sí maltrecho estado de ánimo. Hay que tener pelendengues para digerir, por un lado, lo aireado a los cuatro vientos por el incombustible concejal de APTCe y miembro del equipo de gobierno Domingo Soler Torregrosa. Por el otro, tenemos a Eduardo Dolón, jefe de la oposición municipal y del PP y vicepresidente de la Diputación, quien dice ejercer de responsable de todo el turismo provincial, y que también se ha «'cagao' fuera de la cofa».

A Domingo no se le ha ocurrido otra cosa que anunciar la remodelación de la Avenida de la Libertad. Lo de Eduardo es más grave. Con su visto bueno ha sido editado y publicitado el nuevo vídeo promocional de la Costa Blanca, donde no solo se ningunea a su adorada y amada Torrevieja del alma, también quedan fuera El Misteri de Elche, su Palmeral y Orihuela y sus monumentos. Como si no existiese.

Retomando la noticia sobre la Avenida de la Libertad, Soler debe haber pensado que de ilusión también se vive. Por ello sale a los medios asegurando pomposamente tener la solución para remodelar la imagen del citado espacio público. Ese grave problema de imagen enquistado cual cáncer en el corazón de la fachada marítima de la ciudad.

El concejal de APTCe, pieza clave en el gobierno de la ciudad, con toda una vida dedicada al Ayuntamiento, la mayor parte de ella en las filas del PP, vuelve a lo de siempre: a vender humo, castillos en el aire.

Los presupuestos municipales, pendientes de ver luz verde, contemplan, según tengo entendido, 250.000 euros para estas grandiosas obras anunciadas por Soler. Con dicho montante económico no se puede llegar muy lejos. Si acaso a repintar las señales viales y a quitar los ficus de la avenida que taponan la vista al mar. Tampoco será posible cambiar de ubicación los puestos de artesanía que convierten al paseo en el desfiladero del cobre. Primero, porque los vendedores no quieren; y segundo, porque necesita autorización de la Generalitat para meterlos bajo el dique de Levante, que no es que esté en las mejores condiciones de mantenimiento. . . Total «ná de ná». Pero qué le vamos a hacer si Domingo es así. Cuando comenzó el mandato municipal anunció que en cuatro meses abriría al público el recinto de Las Eras de la Sal. A estas alturas seguimos esperando ver cumplida su promesa. Respecto al turístico vídeo de marras, no creo que a Eduardo se le olvidara incluir una mínima referencia a Torrevieja. No ha sido un error. Es una muestra de lo que pinta en la Diputación. Así las cosas pasan los días y se acentúa la paralisis municipal. Eduardo puede ir al aire de quienes le mandan. El equipo de gobierno, no. Debe arrear, meter en verea a quienes son responsables de tanto atasco y desatino. Mientras lo demás es paisaje, el mismo paisaje. Y ya va siendo hora de coger el toro por los cuernos.