Tanta alforja para este viaje. La junta de gobierno local ha aprobado hoy la memoria técnica con el coste de las obras que deben garantizar la seguridad de las dependencias del Teatro Municipal y permitirían que obtuviera la licencia de apertura de la que carece. El Teatro lleva cerrado 19 meses. La principal irregularidad, la que debe adaptar el edificio a las medidas contra incendios a través de una presurización de un hueco de escalera y no actúe de chimenea en caso de siniestro, apenas está valorada en 40.000 euros, e incluso es posible que pueda abordarse a través de un contrato de obra menor.

El Teatro Municipal lleva cerrado al público desde principios de septiembre de 2015 por orden de la concejal de Actividades y Urbanismo, Fanny Serrano, que después argumentó su decisión en una resolución de la Generalitat instando a esa clausura por carecer de licencia. Algo que además de generar duras críticas por parte de la oposición mayoritaria del PP, que hoy mismo ha arremetido contra la gestión de este asunto por parte del gobierno de coalición de izquierdas, ha provocado la paralización parcial de las programación cultural, que solo para sus eventos más importantes ha sido trasladada al Auditorio Internacional. Meses después también se cerraron las oficinas municipales anexas de Cultura y Mercados, trasladadas al Centro Cultural Virgen del Carmen.

El concejal de Hacienda y Contratación, José Hurtado ha sido el encargado de avanzar este acuerdo -en ausencia de la secretaria de la junta de gobierno Fanny Serrano-, que ahora debe ejecutarse a través de la adjudicación de un contrato. Y ha bromeado a la hora de anticipar una fecha sobre la reapertura de este espacio cultural: "Solo puedo avanzar cuántos centímetros me van a crecer los enanos". El edil ha justificado el periodo de tiempo transcurrido entre la clausura y la aprobación de esta memoria en que se han estado realizando otros trámites durante este periodo, como la gestión para que se firme el final de obra, que sin embargo, no se ha producido, como el propio concejal ha reconocido.

La principal razón que justificaba el cierre era la carencia de licencia de actividad, que no podía obtener, precisamente por deficiencias en esas medidas de seguridad, entre otras, como la falta de funcionamiento del telón ignífugo, que prácticamente no se ha podido utilizar desde que Francisco Camps inauguró la obra en 2006. A estos problemas se suma otro administrativo que no es fácil de salvar, incluso realizando estas actuaciones. Los arquitectos Antonio Marquerie y Alejandro Zaera se niegan a firmar el final de la obra pública porque incluye un sobrecoste que no está certificado por los técnicos y que, por lo tanto no se incluyó en sus honorarios. Honorarios que superan de largo los cien mil euros. La obra adjudicada a Acciona por seis millones de euros costó casi diez. Acciona no asume esos honorarios y Ayuntaminto, bajo mandato del PP en 2006, rececpionó el teatro, sin exigir el certificado de fin de obra.

Mucha polémica

El cierre del Teatro también generó el deterioro de la gestión del concejal de Cultura, Alejandro Blanco, -partidario de ejecutar las obras cuanto antes al margen del problema de la firma- que finalmente, junto a Pablo Samper, dejaron el gobierno municipal el pasado mes de octubre. Teniendo en cuenta que hay otros edificios públicos en Torrevieja, como La Plasa, que arrastran problemas de seguridad más graves pero que no se han cerrado al público. Blanco, en las obras que correspondían a su departamento, si llevó a cabo algunas mejoras, como la ubicación de barandilla, una escalera de incendios o indicaciones de salida emergecia, entre otras pequeñas actuaciones.

En el anterior mandato del PP se encargó a una Organismo de Control Autorizado (OCA) de instalaciones, una empresa externa, la obtención de la licencia. Es decir, el gobierno anterior tenía constancia de las deficiencias -arrastradas durante 8 años- pero entendía que no obligaban al cierre, mientras que el gobierno actual consideraba, con el respaldo del Consell, que mantener la programación y las oficinas sí podía comprometer la seguridad de los asistentes, usuarios y funcionarios Esa OCA no podrá terminar el trabajo sin el fin de obra firmado por el arquitecto ni la actuación de arreglo que se va a llevar a cabo.