Dicen que después de la tormenta llega la calma, y eso es lo que trató de hacer ayer Orihuela. Tras el episodio de gota fría que sufrió la ciudad el domingo y que ocasionó el desbordamiento del Segura desde el Puente Nuevo hasta el Puente del Rey, y el colapso en la red de agua pluviales, que contribuyó a la inundación de casas, coches y establecimientos, había que volver a la normalidad. Las brigadas municipales trabajaron ayer, aunque también lo hicieron en la tarde del lunes, en limpiar las calles repletas de barro tras las inundaciones, restablecer calles cortadas e infraestructuras afectadas por las lluvias, ya que algunos semáforos no funcionaban en el centro. Por su parte, los establecimientos del entorno de Alfonso XIII y Teatro Circo, volvieron a abrir sus puertas, al igual que los de la calle San Pascual y Plaza Nueva, que llegaron a levantar un pequeño tabique a las puertas de sus comercios ante el temor de que se inundaran.

La empresa pública Tragsa, del Consell, también se sumó a la recuperación de infraestructuras y viales, sobre todo en las pedanías. Así, quedó restablecido el tráfico en los principales accesos a la ciudad, como la carretera de Orihuela a Almoradí y el acceso por la Nacional 340. Los servicios de mantenimiento de Fomento limpiaron de barro esta vía para evitar deslizamientos, mientras que las brigadas municipales hicieron lo propio en el centro urbano. La zona más conflictiva sigue siendo el perímetro del cauce del Segura donde se desbordó el río, si bien el nivel del agua descendió considerablemente. El sol volvió a salir en la ciudad, contribuyendo a paliar las zonas inundadas. Una vez restablecidas las principales infraestructuras, durante la jornada de hoy los escolares de todos los centros de la ciudad retomarán las clases, mientras que los centros culturales y deportivos de la ciudad también recobrarán su actividad. Las vías que continúan cortadas son las secundarias más cercanas al Reguerón, la más afectadas por inundaciones.