Con mucha ilusión y sin dejar de mirar al cielo para esquivar los chubascos, los vecinos de la calle Blasco Ibáñez celebran, un año más, su propia extensión de las fiestas de la Purísima. Aquí pueden decir, sin equivocarse, que la fiesta está en la calle. Cualquiera se da cuenta al pasar por esa céntrica arteria torrevejense que conserva todavía algunas casas de planta baja y un vecindario de esos «de toda la vida», que han hecho piña para engalanarla con los colores más torrevejenses, el blanco y el azul, que se ven en banderolas y sobre el pavimento. Tampoco faltan las palmeras y los lazos con motivos para adornar. Son fiestas y se tiene que notar. Una carpa, visible desde lejos, sitúa al peatón en este monumento efímero que preside la imagen de la Inmaculada Concepción, La Purísima. Todos son bienvenidos y bien acogidos en este tramo de la calle que discurre entre la Rambla Juan Mateo y la calle Apolo.

El origen de esta iniciativa vecinal que se enmarca en la vertiente más popular de las fiestas, se encuentra en el histórico Día del Ausente. Recordando también a los torrevejenses que hubieron de emigrar buscando trabajo en otras ciudades, se rememora aquel diciembre de 1960 en que la ciudad preparó un gran recibimiento para los ausentes. Aquel año, muchas de las calles del centro se adornaron como ayer comenzaron a hacerlo los vecinos de Blasco Ibáñez, tras esperar a que se secase el pavimento, porque, como aquel año, la lluvia no ha faltado a la cita con La Inmaculada Concepción.«Salida Golfa»

Estos vecinos nunca olvidaron aquella cita. Conmemoraron de nuevo el evento en el 25 aniversario del Día del Ausente, a finales de los ochenta, y en 2010, con el 50 aniversario. Y desde esa fecha están presentes en todas las fiestas patronales. De ello se encargan una docena de torrevejenses, algunos con el recuerdo de aquel entrañable Día del Ausente en la retina. «Es un homenaje a los ausentes, aunque cada vez queden menos en las hermandades», explica Joaquín Guillamó, que además es presidente de la asociación de hosteleros de Torrevieja. Junto a Paco Zambrana, José Molero, Encarna Alonso Botella y otros vecinos han puesto en pie los actos en esta calle año tras año, con un reducido presupuesto y algo de respaldo municipal.

En su apuesta por fomentar el carácter más lúdico de las fiestas patronales, el Ayuntamiento ha organizado en esta edición de 2016 una «salida golfa» de los gigantes y cabezudos, la popular Charamita, que culminará su recorrido en la barraca instalada por estos vecinos, que además cuenta con la preceptiva paella y con una verbena, que para eso son las fiestas. Si el tiempo lo permite, claro.