Casi 12 kilómetros de recorrido por la sierra de Redován con un desnivel de mil metros. Todo para alcanzar la cima, que alberga uno de los miradores más particulares de la comarca en el que, quien logra llegar hasta arriba, puede visualizar prácticamente toda la comarca a vista de pájaro.

Una panorámica sólo al alcalde de aquellos con una buena forma física, pues se trata de una prueba de montaña solo apta para aquellos que están verdaderamente en forma, si bien se estableció tanto una carrera, como una marcha más relajada.

La cita de ayer la cuarta edición de lo que se ha bautizado como la «Cagá del Águila», en referencia, precisamente, a las vistas que se obtienen desde lo más alto de la montaña. Hasta 85 participantes se reunieron ayer en la localidad para disputar la prueba, en su mayoría atletas de otras poblaciones de alrededor. De hecho, tan solo 13 participantes completaron la categoría local, ya que el resto eran de fuera.

Así, la prueba también sirvió para dar a conocer en toda la provincia este mirador natural de Redován. Una prueba en la que el premio también contempla estas vistas que no pueden verse todos los días. La dificultad del recorrido quedó patente en la hora, 27 minutos y 38 segundos que tardaron los dos primeros corredores en llegar a la meta, por lo que disputar esa primera posición no fue tarea fácil. Sin embargo, la última clasificada tardó casi cuatro horas en completar todo el circuito, a ritmo de marcha. En definitiva, una prueba que se alargó buena parte de la mañana, pues arrancó a las 8 horas, pero que dejó con muy buen sabor de boca todos los participantes, consolidando así una de las pruebas de montaña más singulares de la comarca.