Por si no ponía bastantes inconvenientes el ¿desaparecido interventor? que sigue de baja laboral -el pobre, digo pobre por decir algo, porque si cobra, pues eso, uno más de los que componen el elenco nacional-, resulta que nadie sabe cuál es la productividad y el fin que debería ejercer en el Consistorio donde tiene su plaza laboral sin que nada sepamos los sufridos contribuyentes, que no entendemos si estamos lo suficientemente amparados por la legalidad institucional necesaria. Aunque, después del tiempo que al parecer lleva de baja -insisto, al parecer- no están siendo necesarios sus controvertidos dictámenes para que el gobierno local pueda mover la maquinaria municipal.
Esta situación me lleva humildemente a creer que se está desperdiciando el sueldo que el susodicho interventor estará cobrando con su baja laboral y el Consistorio haría bien en darle una solución de justicia al problema pues no sería bueno mantener esta situación para siempre. Creo yo.
Ahora, también el secretario municipal pone dudas sobre la posibilidad de que no se pueda aprobar el presupuesto de 2016 y en caso de que se aprobara, lo sería el penúltimo o antepenúltimo día de este año, cuando de por medio están para ello: pleno, comisiones, dictámenes, informes, consensos, disensos, acuerdos, plazos y boletines, para que, en el supuesto de que finalmente se apruebe definitivamente, tenga que ser prorrogado prácticamente al día siguiente... pues ya sería el año 2017 y a pesar del coste económico que podría producirse.
Todo ello sin contar con que pudiera cometerse algún error al forzar los plazos en el desarrollo legal del pleno presupuestario y que alguien presentara un recurso para que este pleno que ayer se celebró fuera anulado y, entonces, ¡lástima! de tiempo y de dinero. Nunca fueron buenas las prisas y mucho menos cuando se ha tenido muchos meses para preparar un asunto tan espinoso. Y si a ello le agregamos la bisoñez y la lógica falta de experiencia de la mayoría que gobierna Orihuela, llegas a la sensación de que se está jugando con un arma muy peligrosa que les puede explotar en las manos.
