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Torrevieja

La flota arrastrera faena en la costa protegida entre Cabo Roig y Guardamar sin control

Barcos de Santa Pola pescan a menos de cinco kilómetros del litoral sobre un Lugar de Interés Comunitario con praderas de posidonia

La flota arrastrera faena en la costa protegida entre Cabo Roig y Guardamar sin control

Barcos de la flota pesquera de arrastre de la provincia están faenando en los últimos días a escasos cientos de metros de la costa en el tramo comprendido entre Guardamar y Pilar de la Horadada. Una práctica totalmente prohibida por la legislación, que sanciona a las embarcaciones que calen sus redes a menos de cinco kilómetros de la costa y a menos de 50 metros de profundidad; y que además, en este caso, afecta a un Lugar de Interés Comunitario (LIC) protegido por la riqueza de sus praderas de posidonia oceánica, desde Guardamar hasta Cabo Roig (Orihuela).

No es una práctica nueva. Las potentes embarcaciones buscan en esta época del año refugio ante el mal tiempo explotando una zona en la que además de las capturas están casi garantizadas porque no es la habitual de los caladeros de estos barcos, dedicados a la venta en lonja de pescado blanco. Los barcos han podido ser contemplados en plena faena, y de forma muy evidente, a primera hora en muchas zonas del litoral de Torrevieja en los últimos días, en especial el litoral de la playa de La Mata e incluso en las inmediaciones de la bocana del puerto de Torrevieja, por particulares o por los propios aficionados a la pesca deportiva.

No son de Torrevieja

Ninguno de los barcos es de Torrevieja, ni tampoco los que forman parte de la flota murciana con base en el puerto de la ciudad que realizan pesca de arrastre -el único dedicado a este tipo de pesca lo hace ahora en la campaña de la gamba-. El resto están dedicados al cerco, que captura pescado azul. El arrastre es un arte de pesca muy agresivo y nada selectivo con el lecho marino. Además de ser eficaz para capturar especies con gran valor comercial también destruye parte del fondo a su paso. Emplea una red lastrada con gran «puerta» que barre el fondo de la mar capturando todo lo que encuentra a su paso. Al estar en contacto con el fondo marino y destruye algas y otros organismos de forma indiscriminada.

En la otra cara de esta forma de faenar, la económica, está el hecho de que cada vez que un barco sale a faenar y no halla capturas, los gastos para el armador, en especial de combustible, son los mismos. Es la única forma de salvar los sueldos de la tripulación, que en muchos casos todavía de rige por los acuerdos de «parte», es decir, en función de la venta obtenida en la lonja. Si no se desembarca nada en lonja, los pescadores no llevan nada a casa. En teoría, todas las embarcaciones que superan los 15 metros de eslora deben tener una «caja azul» que permite comprobar a la autoridades la zona por la que han faenado, aunque es cierto que los patrones conocen técnicas para «camuflar» no tanto que el barco ha recorrido esa zona -algo habitual si están volviendo o saliendo del puerto- sino para evitar que haya pruebas de estaban faenando. La zona marina protegida catalogada como LIC entre Guardamar y Cabo Roig abarca una superficie de más de 4.600 hectáreas de lámina de agua, frente a los términos municipales de Guardamar, Torrevieja, Orihuela Costa y Pilar de la Horadada y se caracteriza por albergar «una excelente representación de praderas de Posidonia y otros hábitats marinos, según figura en la descripción de su declaración.

El patrón mayor de Torrevieja, Pedro Carmona, a preguntas de INFORMACIÓN dijo no tener constancia de que hubiera denuncias o actuaciones por esta actividad de barcos de otros puertos y remarcó, que en cualquier caso, ningún barco de Torrevieja ha actuado de esa forma, además de defender a la flota arrastrera de Santa Pola.

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