El Ayuntamiento de Torrevieja anunció ayer el impulso a su programa de reintroducción y conservación del murciélago común tras comprobar que el 70% de los 15 nidos-refugio instalados en 2012 en el entorno de las salinas y la depuradora están ocupados. Esta iniciativa tiene el doble objetivo de recuperar la especie que escasea en el término municipal y de impulsar el «combate» biológico contra las plagas del mosquito y la procesionaria, evitando el uso de pesticidas. Para esta nueva fase del proyecto el Ayuntamiento ha adquirido 50 refugios de madera que se ubicarán tanto en lugares frecuentados por población de murciélagos, como en otras ubicaciones donde se pretende que el murciélago regrese. Además, se contará con la colaboración de la empresa de gestión del agua, Agamed , y la adjudicataria municipal del control de plagas, CTL, S.L. que adquirido 10 cajas-refugio de cemento-madera, más especializadas que las de madera, de diferentes modelos, lo que permitirá estudiar la efectividad de cada uno, según explicó la concejal del área Fanny Serrano (PSOE).

En Torrevieja, casi todas las cajas-refugio se han situado y se van a ubicar ahora en torno a saladares y encharcamientos de agua. Las cifras de consumo de insectos cada vez son más conocidas por la opinión pública: en una noche, un solo murciélago es capaz de devorar hasta 1.000 insectos, cifra que asciende hasta 3.000 en el caso de las hembras con crías. Aunque podría parecer un problema menor, las picaduras de mosquito y su presencia en amplias zonas residenciales ubicadas en el entorno de las lagunas, es una de las principales quejas de los vecinos de Torrevieja casi durante todo el año.

Pero, además de estos «servicios ambientales» que prestan los murciélagos, el programa de conservación se centra, «fundamentalmente, en tratar de devolver las poblaciones de estos «apasionantes mamíferos» voladores al estado de conservación que tuvieron hasta no hace mucho tiempo», contribuyendo a la mejora de la biodiversidad de Torrevieja, según explicó el biólogo municipal, Juan Antonio Pujol. Mientras que el fomento de la protección de los murciélagos con cajas-refugio tiene ya una larga tradición en Estados Unidos y en muchos países del centro y norte de Europa, en España es algo relativamente nuevo, según explicó el biólogo municipal Juan Antonio Pujol. En toda Navarra ya hay instalados más de 300 refugios y la tendencia se extiende poco a poco a otras muchas ciudades y territorios.

Pujol señaló que la importancia de la presencia de murciélagos tanto en ciudades como en los campos «es algo fuera de toda duda, brindando una importante labor en la lucha contra diferentes plagas urbanas y agrícolas, como mosquitos, procesionaria del pino o la polilla del racimo de la vid (presente en los viñedos de La Mata)». También quiso aclarar que no se trata de sustituir uno sistema de luchas contra plagas por otros, «sino complementarlos».

Pujol subrayó que los agricultores españoles que están introduciendo «estos pequeños aliados nocturnos en sus campos», confirman que las plagas no son tan virulentas como antes». En zonas con humedales y saladares, «donde las molestias ocasionadas por los mosquitos son algo consustancial», el fomento de murciélagos también contribuye al control de las poblaciones, especialmente en lugares de difícil acceso para realizar los tratamientos con larvicidas biológicos tradicionales.

La utilización de cajas-refugio también contribuye a reducir las molestias de aquellas colonias que ocasionalmente pudieran instalarse en viviendas particulares, teniendo en cuenta del «rechazo que estos animales suscitan en parte de la población». La instalación de refugios para murciélagos es más compleja que la instalación de cajas-nido para aves, ya que los murciélagos pueden utilizarlos no solo para criar, sino también como refugio invernal o durante las migraciones.

Ubicación

La sensibilidad de estos mamíferos motiva, que se deba elegir adecuadamente la orientación y altura a la que se instalan las cajas, para garantizar un mayor número de éxito de ocupación. Para el biólogo no solo se trata de instalar los refugios, sino de realizar un detallado estudio previo de la población local de murciélagos, su seguimiento una vez colocados -con la reubicación de las cajas no ocupadas después de un tiempo- y estudiando los diferentes factores ambientales que concurren en la ocupación, especialmente en un contexto semiárido como el de Torrevieja, «para ir incrementando el éxito año tras año».