Las promotoras Metrovacesa y Baraka parecen haber iniciado una especie de competición para ver qué firma es capaz de poner antes en el mercado inmobiliario sus proyectos de torres de hasta 26 alturas en primera línea de la bahía de Torrevieja y las marinas deportivas. Y ambas iniciativas, aunque complejas en su tramitación de ahora en adelante, están más avanzadas de lo que podría parecer inicialmente. Metrovacesa ha registrado documentación oficial sobre el tipo de planeamiento que quiere abordar en la parcela de 12.000 metros cuadrados del Campico de San Mamés, delimitada entre el canal del Acequión, la avenida de Gregorio Marañón y el paseo del Maestro Velero. La edil de Urbanismo, Fanny Serrano (PSOE) rechazó ayer ofrecer más detalles sobre la iniciativa, por lo que se desconoce si la inmobiliaria mantiene su idea previa a la crisis inmobiliaria de levantar cuatro torres, o quiere modificar el proyecto.
Por su parte Baraka, la promotora del empresario oriolano, Trinitario Casanova, que cuenta con una parcela de casi 8.000 metros cuadrados entre el parque de Doña Sinforosa, la misma avenida de Gregorio Marañón y el canal del Acequión, pegada al proyecto de Metrovacesa, sí ha presentado una solicitud de derribo del edificio antiguo de grandes dimensiones junto a la avenida. No hay constancia de proyecto registrado en Urbanismo para realizar las torres que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Aunque la ficha urbanística del solar indica que sí está incluida en las modificaciones puntuales del PGOU de 2008 y 2011 que permiten construir en altura.
La empresa ya publicita con una recreación en su portal web el aspecto de las dos torres de más de veinte alturas que quiere construir en Torrevieja, algo de lo que el Ayuntamiento no tiene constancia. Fuentes del sector de la construcción indicaron que la mercantil está trabajando en la presentación del estudio de detalle que permita tramitar su proyecto. Paradójicamente, la empresa ya ha presentado este plan entre empresas del sector, al margen de conocer si saldrán adelante administrativamente.
En contra
La difusión pública de ambas iniciativas ha cogido a contrapié al equipo de gobierno. Sobre todo porque tres de los cuatro partidos que gobiernan en coalición (PSOE, Los Verdes e IU) no comparten, ni el fondo ni la forma de las modificaciones puntuales del PGOU, aprobadas bajo gobiernos del PP, que amparan este crecimiento en altura, por su gran impacto visual y romper con la actual trama urbana de edificios de planta baja, cuatro alturas y ático que caracteriza al centro del casco urbano. Tanto la modificación del PGOU de uso hotelero, como la de libertad tipológica, aparecen alegadas sin éxito por el actual alcalde José Manuel Dolón (Los Verdes) cuando ejercía la oposición. Cualquier proyecto de esta entidad exigirá un estudio de integración paisajística y un plan de participación pública. La principal justificación ante la Generalitat la aprobación de la modificación del PGOU que ampara la construcción en altura es que se dedique parte de los edificios a una oferta hotelera. El gobierno local asegura que la exigencia de uso hotelero va a ser rigurosa. Las empresas impulsoras de los proyectos ven muchas posibilidades de comercialización en el uso residencial, no en la gestión de hoteles.
Los proyectos se validarán o no a través de un procedimiento reglado, al margen de la voluntad política. Rechazarlos a derivaría en una reclamación patrimonial millonaria de las empresas afectadas para las arcas municipales, dado que la clasificación y calificación del terreno adquirido por las interesadas implica una expectativa urbanística muy elevada y cuantificable.
