La muerte, las presencias fantasmagóricas, la redención y la salvación del alma del arrepentido y los muertos vivientes invadieron ayer la Catedral de Orihuela con la representación de Don Juan Tenorio, la obra de José Zorrilla que cada año, coincidiendo con la celebración de Todos los Santos, seduce a decenas de personas en la ciudad.

Así, la puesta en escena de la obra, de la mano de la Fundación 2M10, conquistó al público anoche en la Plaza de Santiago, más conocida como la plaza de las cadenas que sirve de entrada a la seo oriolana, lugar donde se trasladó la acción desde el claustro de la Catedral por primera vez. La parte trasera acogió posteriormente la representación de la escena del cementerio, dando mayor dinamismo al espectáculo y abriendo la posibilidad de nuevos escenarios para esta lectura dramatizada de una de las tradiciones más propias en nuestro país que está perdiendo importancia frente a otras celebraciones importadas como la noche de Halloween.

En el cortejo fúnebre, ambientado con velas, sumó a todos los oriolanos que lo desearon. Además, y también como novedad este año, los usuarios del Centro Ocupacional Oriol participaron de forma activa en la representación, ya que formaron, precisamente, ese cortejo fúnebre.

Orihuela apuesta así, gracias a la colaboración de la Fundación 2M10, por recuperar este clásico por excelencia del romanticismo español frente a otras festividades importadas, para celebrar así la noche de las ánimas con una representación que conquistó al público.