La Guardia Civil informó ayer de la detención de una mujer de 49 años y a su pareja de 30, ambos de nacionalidad Suiza, por, presuntamente, mantener cautivos a dos menores de 17 y 15 años durante más de siete añoscautivos menores , desde que llegaron a España en marzo de 2009. Los dos jóvenes estaban sin escolarizar, hasta el punto de que no sabían ni una sola palabra de Español, según declaró ante los agentes la mayor de los dos hermanos, y rara vez salían de casa, ni siquiera para ir al médico pues, en siete años, tan solo había acudido una vez a causa de un dolor estomacal.

La detención tuvo lugar en la calle Músicos Hermanos Aguilar Gómez de Catral, donde la pareja, junto a los menores, residía desde hacía apenas un mes. Según los datos facilitados por la Benemérita, fue la joven la que dio la voz de alarma a través del correo electrónico en un descuido de la madre y de su pareja, ya que les tenían prohibido el acceso a internet y las comunicaciones telefónicas. La menor envió varios correos electrónicos a diferentes asociaciones de ayuda al menor, en inglés, en los que, además del cautiverio relataba continuas amenazadas, agresiones y vejaciones, motivo por el cual no reunió el valor necesario para denunciar antes su situación.

Fue una de estas entidades, en este caso la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo, quien dio la voz de alarma a las autoridades tras recibir el mensaje el pasado 29 de agosto, si bien, con el cambio de domicilio de hace un mes, se les perdió la pista, hasta que las investigaciones les llevaron a un primer piso del número 9 de la citada vía catralense.

Una vez allí, la madre de los menores negó los hechos a los agentes, e incluso llegó a asegurar que no había ningún menor de edad residiendo en la vivienda. Sin embargo, la joven, que se percató de la llegada de los agentes, pudo hacerles señales para advertirles de su presencia, momento en el que realizó la detención de la madre de los menores y su pareja, que pese a no proferir malos tratos está acusado de cómplice y omisión de los hechos.

Tras el arresto de la pareja, los adolescentes fueron ingresados en el Centro de Menores de Alicante. La denunciante ya se encuentra con su padre biológico en Suiza, mientras que el menor de 15 años ha regresado con su madre y el compañero de esta, que no es el padre biológico de los menores. El juez dio el beneplácito a la petición del menor de volver con su madre, tras dejarlos en libertad con cargos, que en el caso de detenida pasan por un supuesto delito de maltrato familiar y detención ilegal; y, en el de su pareja, de encubrimiento.

Una decisión que llama la atención pese a que según el testimonio de la menor, ella era la que sufría un mayor maltrato por su madre, ante la pasividad de su compañero sentimental, llegando a recibir palizas continuadas y golpeándola con las manos, contra la pared o los muebles e incluso lanzándoles piezas de la vajilla u otros objetos.

La brutalidad llegaría a tal punto que la joven aseguró que había recibido numerosos amenazadas de muerte, y su madre le había reiterado que, si acudía a la Policía, éstos la iban a violar y a matar. La situación viene de lejos, pues en los correos enviados por la menor relata que ya en Suiza, con apenas 3 o 4 años, ya sufrió esta situación.

Tras su puesta en libertad, la pareja regresó al domicilio catralense, si bien los vecinos señalaron ayer a este diario que el viernes por la noche abandonaron la vivienda, pues «los vimos subir y bajar ropas, objetos... yo incluso llegué a tocarles el timbre para advertirles que en uno de esos viajes se habían dejado una bolsa con ropa en la calle, pero me dijeron que era basura», apuntó ayer uno de los residentes en el inmueble, un bloque de viviendas 12 viviendas repartidas en dos plantas, si bien INFORMACIÓN no pudo confirmar este extremo.

Pese a que muy pocos vecinos conocían la detención de la pareja, que se efectuó el miércoles 19 de octubre, todos se enteraron de lo sucedido realmente en el día de ayer, cuando se dio a conocer la noticia del supuesto cautiverio. Los vecinos del inmueble no habían sospechado nada porque hacía apenas un mes que se habían mudado al inmueble, por lo que quedaron sorprendidos por la noticia. Un suceso que, en cuestión de horas, corrió como la pólvora por la pequeña localidad y se convirtió en el tema estrella de conversación.