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Un patrimonio que se va cayendo por los suelos

Un patrimonio que se va cayendo por los suelos tony sevilla

Grietas en las paredes, ventanales destrozados, otros completamente inexistentes, mallas verdes que deslucen la fachada original o grafitis que manchan y deslucen la imagen señorial del Palacio de Rubalcava es lo que pueden encontrar los oriolanos y turistas que se acerquen a descubrir este inmueble en propiedad del Ayuntamiento desde hace más de 30 años. Una imagen que nada tiene que ver con lo que un día fue uno de los palacios por excelencia de la ciudad.

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