L o esperaba pero no tan pronto. Me refiero a la determinación de Pablo Samper, alma mater de Sueña Torrevieja, de desligarse del pentapartido gobernarte en Torrevieja. Aunque no por mucho madrugar amanece más temprano es de agradecer el hecho de que Samper, secundado por el edil de la misma formación, Alejandro Blanco, hayan puesto su cartas boca arriba y se postule como futurible alcalde de la ciudad allá por el mes de junio. El penta pactó la alcaldía durante dos años para el líder de Los Verdes, José Manuel Dolón García quien al acabarlos dejaría la vara de mando a la concejal del PSOE, Fanny Serrano. Por cierto, ese pacto por escrito, rubricado por los cinco partidos de la coalición, debe ser papel mojado en esos mares de la transparencia por los que navega la nueva política, porque nadie es capaz de aportar una copia.

Aunque en política cosas más gordas se han visto, considero difícil que los de Sueña incumpla su compromiso de no pactar con el PP una moción de censura. Así lo han jurado y perjurado. En su nueva situación Sueña Torrevieja ya no está sujeta a ningún pacto y ...puede negociar una nueva investidura de alcalde.

Desde sus primeros pasos en la corporación Municipal, Samper ha intentado con ahínco darse a conocer, aunque fuera flanqueado por José Manuel Dolón. Es de desear que haya personas con legítimas aspiraciones porque tienen un norte donde dirigir sus pasos, y a juicio de Samper, el PP le está allanando el camino.

Las continuas descalificaciones, muchas de ellas aberrantes, y deleznables vertidas por los dirigentes populares locales a su grey, eso sí, en privado, contra la concejal Fanny Serrano tienen como fin erosionar su figura para evitar su posible acceso a la alcaldía. Ocurre con las personas inteligentes y libres, cuando viven al margen de cualquier redil. Todos los enemigos políticos le cuelgan los más variados mochuelos.

Si yo fuera Serrano me disfrazaría de cualquier cosa, menos de lagarterana porque llamaría demasiado la atención. Me caracterizaría de vulgar portalera local y acompañada de una persona de fiar, rondaríamos los mentideros de este pueblo cafre, servil y serril (uso, otra vez, la frase atribuida a un tal Pepe Sánchez cuando salió de piras de esta villa y se expolsó los apargates para no llevarse ni el polvo) y oiría los comentarios del personal. Después, acompañado del testigo acudiría al juzgado de guardia. A más de uno o una se le iba a caer el pelo. No es lo mismo realizar afirmaciones como: «Dolón "el rojo" y los podemitas han regalado a los bancos 17 millones de euros», cuando lo que han hecho es pagar un préstamo, que poner en tela de juicio la dignidad de la personas.

Afortunadamente todo el mundo no es igual y por ello quienes saben más por viejos que por diablos, no les pasa por la cabeza sacar al prójimo de los armarios. Todo es cuestión de principios. A lo que íbamos: creo francamente que los dirigentes políticos del PP en están malgastando mucha munición en balde. Deberían dejar al margen las cuestiones personales, y decir trolas mucho más gordas. Sus fieles seguidores, buenas gentes en general, merecedores de mejores dirigentes se lo tragan todo de buenas a primeras. Porque los que mandan aquí en el PP, aunque sean unos «mandaos», tienen a su alcance, con sólo un poco de imaginación, conseguir maravillas. Mira que si después de todo los populares le están haciendo el trabajo sucio a Samper, quien para dejar el penta se ha escudado en una asamblea de militantes, cuando la decisión ha sido suya... lo demás es paisaje.

Porque el joven político debe haber sopesado la posibilidad de ver a Serrano fuera de escena, y a José Manuel Dolón cumpliendo su pacto. En este hipotético escenario la única alternativa para elegir nuevo primer edil para un gobierno de izquierdas es él. Domingo Soler es de derechas y según él, a mucha honra. Entre los ediles del PSOE no se ve ningún sustituto de Serrano y Víctor Ferrández de IU ni se ha postulado para el cargo. Y Ciudadanos, con Pilar Gómez y Paqui Parra, ya era una jaula de grillos antes incluso de que se plantearan estar en la Corporación, aunque el PP intentará, de nuevo, una moción de censura con esa formación, antes de Navidad. Opción que no dependerá de ellas si no de uno de Alicante, que hable con otro de Valencia, que tenga contacto «con Barcelona».

En mi largo caminar en este pueblo desde los lejanos y oscuros tiempos de la dictadura, hasta la fecha he conocido a innumerables personas con aspiraciones a ocupar cargos públicos. Unas discretamente, otras «despendolás» por esta aspiración. También las ha habido con metas más altas y algunas se han quedado sin subir el escalón deseado. Modestamente: me he equivocado muchas veces. Ahora, verlos venir, los veo al vuelo.