La previsión de liquidación de los presupuestos prorrogados de 2015 -los que han estado vigentes este año- indica que el Ayuntamiento va a gastar 67 millones de euros de los 94,5 millones los que tenía previstos, según la propuesta que el concejal de Hacienda hizo a los portavoces de los siete grupos municipales para la reducción del IBI. Desde fuera puede parecer una buena noticia que un Ayuntamiento se «ahorre» 27 millones de euros que figuraban como gasto. Pero no es tan sencillo. La famosa regla del gasto, impuesta por el gobierno central para ajustar el déficit a los ayuntamientos, si ese nivel de desembolso se mantiene, puede provocar que el siguiente presupuesto se quede en torno a los 68 millones de euros. La base de ese límite es que con esa regla se entiende que un municipio no debe gastar más de lo que necesite.

La oposición del PP lleva meses atribuyendo ese «ahorro» a la falta de gestión municipal y paralización de las distintas áreas municipales. El gobierno recuerda que es la oposición la que ha tumbado su primer presupuesto de este mandato, el de este año, que incluía más de diez millones de euros en inversiones, la mitad para la ya descartada gestión pública de la recogida de basura, y la otra mitad en infraestructuras.