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El nuevo colegio de Rojales avanza

Las obras del Miguel Hernández van a buen ritmo y los alumnos de Infantil serán reubicados en enero

El nuevo colegio de Rojales avanza

Tras casi una década de reivindicaciones, la comunidad escolar de Rojales esta viendo como, por fin, se está construyendo ya la estructura para el ansiado nuevo colegio. Las obras se iniciaron hace menos de dos meses y los alumnos asisten a clase a pocos metros de donde los albañiles trabajan para levantar el centro educativo Miguel Hernández (antes llamado Príncipe de España), que dejará atrás unas aulas que cuentan con casi 40 años de antigüedad.

La concejala de Educación de Rojales, Tatiana Cañizares, valoró ayer que las obras avanzan a buen ritmo y se espera que la remodelación de las dependencias de Infantil, ubicadas en las conocidas como aulas verdes, estén terminadas antes de Navidad para que los alumnos sean reubicados allí en enero. La Generalitat tuvo que instalar barracones puesto que estaba previsto que las clases de los más pequeños se renovaran durante el verano para que comenzaran el curso en las nuevas dependencias, pero la obra se retrasó un par de meses, lo que obligó a habilitar aulas prefabricadas.

La construcción del colegio se adjudicó por 2,7 millones de euros y los trabajos se están desarrollando en dos zonas. Por un lado, se están renovando por completo las clases a las que acuden los niños de hasta cinco años, para lo cual se ha utilizado la estructura de las aulas emplazadas en planta baja y separadas del edificio principal. Dichas dependencias precisaban de una profunda renovación puesto que eran tan antiguas que las aguas residuales se vertían incluso a fosas sépticas. Por otro lado, ya se han dispuesto los cimientos y las primeras vigas de lo que se convertirá en el edificio principal del centro escolar, que da servicio a cerca de 700 niños, según la citada edil.

Molestias

Aunque es inevitable que alumnos y profesores perciban ciertas molestias por el hecho de estar ubicados junto a las obras, lo cierto es que no ha llegado ninguna queja formal en ese sentido a la Concejalía. Parece que la alegría de ver como por fin de empieza a levantar el centro educativo tras tantos años de manifestaciones puede más que los inconvenientes que puedan surgir por convivir con las grúas.

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