Las palabras del alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, durante el acto institucional del 9 de octubre, Día de la Comunidad Valenciana, continúan desatando las críticas en Orihuela. Si durante la última semana han sido los diferentes grupos políticos los que han expresado su malestar por el rechazo al valenciano y lo que Bascuñana considera una «imposición» del Consell, ahora se suman diversas personalidades vinculadas al mundo de la cultura de Orihuela.

Así, 13 personas ya han firmado el borrador de un escrito que remitirán al regidor y en el que defienden la gran tradición histórica y cultural de Orihuela vinculada a la lengua valenciana y muestran su rechazo a un discurso, el del alcalde «que estuvo lejos de reflejar, como hubiera sido deseable, los criterios y sentimientos de gran parte de nuestra ciudadanía», pues le recuerdan a Bascuñana que gobierna en minoría.

El escrito, que prevé aumentar el número de firmas en los próximos días, cuenta con el apoyo de escritores locales, investigadores vinculados a la universidad que trabajan sobre la comarca, miembros de Club de Lectura y profesores de instituto oriolanos dedicados a diversas actividades -literatura, ciencias, matemáticas o el cine-. Se trata de un discurso apolítico y ciudadano en el que defienden que «el valenciano no puede ser algo ajeno en nuestra comarca ni en nuestro municipio», pues, recuerdan «entre los ciudadanos que administra el municipio oriolano se incluyen los vecinos de Barbarroja», que sí hablan el valenciano de forma habitual.

Bascuñana llegó a asegurar que el valenciano le «incomodaba», además de apuntar a que los oriolanos ni siquiera «queremos hablarlo».

Lengua

Además, el colectivo asegura que no puede rechazarse el uso de esta lengua en «una ciudad a la que se accede por la Puerta de la Olma, rotulada en valenciano, y en la que se hallan el Raval Roig o Ravaloche, el Oriet, el Cantó Floral o el Vallet. Pos si fuera poco, el escrito alude a las raíces del lenguaje propio de la Vega Baja y que también tiene su origen en el valenciano, como «leja, agrunsar, solaje, rampa, boria, encarnarse o bajocas».

En cuanto al patrimonio histórico y cultural, el escrito destaca que «esta ciudad es imprescindible para conocer las obras del arquitecto Pere Comte, los pintores Santo Leocadio, Vicente López y Joaquín Agrasot», hasta el punto de que «en la historia oriolana se hallan algunas raíces del Tirant lo Blanc» y aún hoy hay una «sistemática presencia del escudo de las cuatro barras» en la arquitectura de la ciudad.

Son tan solo algunos de los muchos ejemplos que recoge el texto para argumentar que «no es admisible, ni favorece la convivencia, reducir todo esto a una incomodidad ni, tampoco, proclamar el derecho a ignorar radicalmente cualquiera de los dos idiomas que nos definen como valencianos, y que son españoles».

El escrito no duda en calificar de «lamentable» las palabras del regidor oriolano, «porque este radicalismo puede alimentar otros de tipo contrario. Por tanto, desde este colectivo de personalidades vinculadas a la cultura no solo se muestra el rechazo a las palabras del alcalde, sino que le piden que, no solo en el 9 de octubre sino en la política del Ayuntamiento en el día a día, se potenciara el importante caudal de nuestra ciudad como gran referente de la cultura valenciana y que las discrepancias legítimas o las reivindicaciones no llevaran a perder de vista los criterios prioritarios: convivencia democrática, valores constitucionales y el mejor futuro de nuestra tierra».