Las críticas a la gestión del gobierno valenciano del PSOE y Compromís por parte del alcalde de Orihuela, y en el que la «imposición» del valenciano que el primer edil considera que sufre por parte del Consell, despertaron la indignación de la oposición. La agrupación socialista local consideró que Emilio Bascuñana «no actuó como el alcalde de Orihuela que es, en un acto institucional, sino como el presidente del PP, en un mitin político». Esta actitud, aseguran desde el PSOE, degeneró «en una intervención rancia y casposa, de mal gusto y de un desprecio inaceptable a una mínima lealtad institucional».

Por su parte, Cambiemos Orihuela se sumó a las críticas de los socialistas por un discurso que «parecía escrito por Isabel Bonig -presidenta del PP valenciano- y Donald Trump», apuntó el portavoz de la formación, Karlos Bernabé. La agrupación calificó de «insultante y vergonzosa» la actitud del alcalde, que «ha adoptado un tono chulesco y burlón hacia el gobierno autonómico», por lo que coincidió con el PSOE en que el discurso «parecía más bien un mitin del PP».

Ambos partidos coincidieron también es que las reivindicaciones de derechos sociales e infraestructuras deben estar presentes en un acto como el del Día de la Comunidad Valenciana, pero «con un talante de diálogo y entendimiento». Cambiemos criticó que Bascuñana califique de intolerante al Consell cuando él mismo debe «abandonar ese talante de intolerancia y comenzar a respetar a todo el pueblo valenciano».

El PSOE también cargó contra Bascuñana por «reprochar a la Generalitat la existencia de barracones en los centros educativos sin sonrojarse lo más mínimo. Según dijeron, «un alcalde que milita en el partido imputado que ha construido todas las aulas prefabricadas que existen en Orihuela debería no menos que pedir perdón y agradecer que el Consell haya empezado a ponerles punto y final, con la construcción del Colegio Playas de Orihuela, tras 14 años en barracones».