Tres hombres han sido detenidos en Callosa de Segura tras intentar sin éxito atracar un estanco ubicado en la rotonda de la noria, en la carretera que va hacia el campo de fútbol municipal y que conecta con Orihuela. Los ladrones portaban consigo navajas y una escopeta con las que pretendían intimidar al dueño, pero la Guardia Civil impidió que llevaran a cabo su plan y tras una persecución consiguió arrestarlos. Ha sido la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) la que ha informado de esta operación.

Los agentes del Instituto Armado acudieron al lugar de los hechos tras recibir una llamada alertando de que un vehículo oscuro estaba merodeando por el exterior del estanco. En su interior iban tres ocupantes y sus movimientos levantaron sospechas. A su llegada, los agentes se encontraron con un grupo de personas requiriendo la atención de los agentes mediante gestos con las manos. «¡Son ellos. Se van, se van!», les decían mientras señalaban al vehículo sospechoso, que estaba en el descampado de enfrente y se alejaba del lugar con las luces apagadas.

El vehículo emprendió la huida a gran velocidad en dirección al casco urbano de Callosa. La Guardia Civil salió tras él y lo alcanzó, situándose justo detrás e indicándole con las luces prioritarias y señales acústicas que detuvieran la marcha. Pero éstos hicieron caso omiso y se metieron por una calle en dirección prohibida . Pocos metros después, el vehículo se vio obligado a detener su marcha al encontrarse de frente con otro coche que circulaba en dirección correcta y que le impidió el paso, dejándolos atrapados.

Acto seguido se ordenó a los ocupantes que levantaran las manos y lo hicieron el piloto y el copiloto, pero no el de atrás, «que realizó un movimiento sospechoso con las manos hasta que un agente se acercó, abrió una de las puertas traseras y vio que a los pies de dicho ocupante había una escopeta con el cañón y la culata recortados».

Los tres jóvenes fueron esposados mientras el conductor del vehículo defendía que «no habían hecho nada» y el copiloto confesaba que «íbamos a hacernos el estanco, pero habéis llegado vosotros y nos hemos ido», confesando así sus verdaderas intenciones. En el consiguiente cacheo se encontraron dos navajas y se comprobó que la matrícula del coche estaba falsificada.