«¡Qué agobio, madre mía!» Inma Quesada es la madre del niño de 12 años al que Google quiere cobrarle más de 100.000 euros al contratar por error un servicio de publicidad en internet, creyendo que iba a recibir ese dinero. Y ayer estaba desbordada para atender a los medios de comunicación que querían conocer la historia del chaval y un amigo que abrieron, solo aportando una dirección de correo, la dirección de una página web y una número de cuenta corriente, ese servicio AdWords pensando que se iban a cobrar por cada una de los clics y reproducciones que tuvieran sus contenidos en la red. Emulaban así a sus ídolos «youtubers». Pero lo que le pide Google es que pague. La familia ha anulado el abono de los cien mil euros cargados en la cuenta del pequeño entre el 20 y el 26 de septiembre pero se enfrenta una reclamación inminente y por eso quiso alertar de lo sucedido.

«No he podido salir a la calle casi desde que se publicó el domingo por la mañana. Lo que quiero es que esto se arregle. Es una cantidad de dinero muy grande y me gustaría que no le volviera pasar a nadie más», explicaba ayer Inma Quesada.

El abogado de la familia, Fernando Fraile, aclaraba que el código civil es bien claro. Un menor no puede dar su consentimiento a un contrato. Y en este caso, recordó además, no hay ánimo de defraudar, ni de engañar. El pequeño aportó los datos que le pedían. La cuenta del banco es la de su propia cartilla de ahorro, no la de alguien ajeno.

Mecanismos de control

Fraile, junto al experto informático Francisco Pacheco, se hicieron eco de este caso a través de INFORMACIÓN el pasado domingo. «Está claro que los padres tienen que estar encima de los hijos -aspecto que centraba algunas de las informaciones y tertulias en torno a este caso ayer-, pero es increíble que Google no tenga establecido un mecanismo de control, de edad o través de un DNI» para evitar que un niño de primero de la ESO contrate un servicio de esas características y por ese valor.

Paradójicamente esta multinacional de la comunicación omnipresente a nivel global no estaba «localizable» ayer cuando el letrado intentó ponerse en contacto con Google. Si no responde intentará hoy contactar a través de correo electrónico.

El Código Civil dice que, con carácter general, no pueden prestar consentimiento a un contrato los menores, y además será nulo «el consentimiento prestado por error (...)». Algo que se produce claramente, según el letrado, en este caso. De la ingenuidad de los chavales da cuenta uno de los pocos contenidos que han quedado tras el borrado al darse cuenta de algo no habían hecho bien. En esa pieza se ve cómo explican a sus seguidores que iban a emplear el dinero de las hipotéticas visitas para instrumentos musicales, su otra gran afición...

Este diario intentó ayer contactar con la dirección de comunicación de Google en España sin obtener respuesta.