Maruja Cuenca perdió hace poco más de dos años a su hija a manos, supuestamente, de su pareja sentimental. Desde entonces, y tras la pérdida, se hizo cargo de su nieta, de solo dos años. Hace dos meses, la Conselleria le arrebató la custodia de la menor durante una visita en el punto de acogimiento familiar con su madrina, hermana del supuesto asesino, y se la entregó a una familia de acogida. Tras «mucha lucha y dolor», consiguió que el juzgado le devolviese la custodia de la menor, y desde ayer vuelve a estar con su abuela y con su familia materna.

¿Qué sintió cuando el comunicaron que, tras el juicio, su nieta volvería a casa?

La felicidad que sentí, no te la puedes imaginar. Más alegría no podía tener en mi cuerpo. Pensé que iba a tardar un poco más, una vez que el fiscal pidió que volviera conmigo, pero cuando los abogados me dijeron esa misma tarde que al día siguiente ya podría tener a mi nieta... Ni te lo imaginas. Así que esta mañana -por ayer- hemos ido a por ella, al fin.

¿Cómo ha sido el encuentro?

Los primero que me ha dicho nada más verme es «Abuela, ¿me voy a ir contigo para casa verdad?». la alegría y la felicidad que tenía, era inmensa. Tanto la suya como la de su hermano. Se han abrazado y se han puesto a jugar nada más verse, mientras hablábamos con la familia de acogida.

Ha tenido la oportunidad entonces de conocer a la familia con la que la pequeña ha estado estos meses?

Sí, los hemos conocido al ir a recogerla. Al ver a mi nieta y a su hermano nos ha dicho que tampoco entendía como habían separado a dos hermanos que se llevaban tan bien. Por suerte se ha adaptado bien, y aunque se acordaba mucho de toda su familia y decía que los quería a todos, ella quería vivir con su abuela. No soy su madre, porque no la he parido, pero es lo único que me falta para serlo. Ahora, es como si lo fuera.

¿Han hecho una fiesta de bienvenida?

Por supuesto. Ha venido toda mi fila de los Moros Almorávides, cada una con su regalo. Y le hemos comprado una tarta de Frozen, que son sus dibujos favoritos. Al terminar de comer, quería cantar el cumpleaños feliz con tanto regalo (se ríe). Le hemos explicado que la fiesta era por tenerla de vuelta, y la niña tan feliz. Ahora de vuelta a la rutina, a su cole, el Virgen de la Puerta, que dice que también tiene ganas de ver a sus amigos.

¿Queda atrás, por tanto, la angustia de estos meses?

Los dos meses que he pasado desde que me quitaron a mi nieta no me los devuelve nadie. Ese sufrimiento que he pasado, nadie me lo devolverá en la vida. Pero ahora sí que por fin tranquilidad, se ha hecho justicia. Dicen que después de la tormenta, llega la calma. Lo que está disfrutando hoy -por ayer- la cría en mi casa, con sus primos, con sus hermanos... Han sido dos meses muy largos, pensaba que no acababa nunca.

De hecho, el proceso judicial sigue...

Sí, la cosa aún no es definitiva pero los abogados creen que después de estos la niña se quedará conmigo. Mis nietas mayores también están dispuestas a quedarse con ella. Van a cumplir 26 años y viven bastante bien, con su familia. Ya han presentado todos los papeles por si tuviesen que asumir la custodia. Lo que queremos es que esté con su familia materna. Conmigo. Aún tiene abuela para rato, aquí está su abuela para darle lo que haga falta, hasta el final.

¿Esperaba el apoyo de la opinión pública, reflejado en las casi 200 personas que salieron a la calle para pedir que se le devolviera la custodia?

Esperaba bastantes menos, pero afortunadamente la gente de Orihuela me conoce, sabe como soy y como he criado a mis hijos. Quiero agradeceros también a vosotros -los medios de comunicación-, que habéis ayudado a difundir esta injusticia. De camino al juicio a Madrid, se me acercó un hombre que no conocía de nada y me dijo que toda Madrid también estaba conmigo. Ha sido un apoyo enorme el que he tenido.