La vieja Plaza de toros de Orihuela, que se encuentra en estado de ruina, se reconvertirá en un recinto para ocio y espectáculos que tendrá capacidad para 2.800 personas. El proyecto precisa de una inversión de 400.000 euros y contempla además zonas verdes en el exterior, un servicio de cafetería, aseos públicos y un pequeño museo que recordará la historia taurina de la localidad.

El proyecto ha sido presentado hoy por el alcalde, Emilio Bascuñana, la concejala de Urbanismo, Begoña Cuartero, y el arquitecto redactor del proyecto de reforma, Rafael Legido. El técnico ha explicado que se conservará sólo el primer anillo de gradas de la Plaza, el del interior, puesto que los otros dos están muy deteriorados. Dichas gradas tendrán capacidad para 1.600 personas, mientras que cuando sea necesario se podrán habilitar sillas en el espacio que antes estaba destinado al ruedo, donde cabrían otras 1.200 personas. Al reducir parte de la estructura del coso, la que se encuentra más dañada, el muro exterior verá reducida su altura desde los actuales 5,8 metros hasta los 3,8. No obstante, se conservarán algunos delos elementos más distintintivos.

De igual forma, se eliminará parte de la estructura original, y lo que antes estaba destinado a la zona de caballería, los establos, se convertirán en un parque público con jardines que quedarán en el exterior del recinto. Alrededor de la plaza se instará un sistema de luces circular que recordará la dimensión que tenía el coso taurino originalmente.

La actuación comprende obras en un perímetro de 7.500 metros cuadrados y según el regidor podría estar terminada antes de un año. La inversión se afrontará con fondos municipales empleando remanentes que han ido sobrando de otras actuaciones desde el año 2008.

La actuación "no consiste en derribar la plaza, sino en remodelarla. Entendemos que es la mejor forma de afrontar este problema de seguridad, de estética y de habilitar un espacio público para darle un uso social", ha valorado Bascuñana.