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Una evaluación ambiental que está en entredicho

La urbanización Colinas Golf evitó el informe de impacto ambiental que ahora se le exige a la zona protegida

Una evaluación ambiental que está en entredicho

El principal escollo para que Sierra Escalona y la Dehesa de Campoamor sea ya un parque natural, como se planteó en la reunión ayer, es la imposición por parte de los técnicos del Consell de una evaluación ambiental de la zona que se delimite como protegida. Paradójicamente, la misma a administración autonómica autorizó a principios de la década pasada una macrourbanización en el corazón de Sierra Escalona, el PAU 21, Colinas Golf, con 4.000 viviendas previstas, sobre dos millones de metros, y gran impacto sobre el territorio, sin necesidad de ese evaluación. Los conservacionistas recuerdan que en 2006 ya se elaboró un Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) que debería ser válido ahora como herramienta de evaluación. Los técnicos alegan la que la legislación ambiental es más estricta desde 2009.

A este marasmo legal, que podría retrasar la protección final del paraje hasta tres años, se suman como amenazas al futuro del espacio, las presiones de empresas y particulares propietarios de suelo con expectativas urbanísticas.

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