Acudo al diccionario y busco «fotografía». Lo que pretendo es conocer el significado porque me llama la atención el desaforado interés y las ilimitadas ganas que tiene la gente, sobre todo los políticos mediocres, de salir en una foto. ¿Recordáis aquello del exvicepresidente Alfonso Guerra?: «El que se mueva no sale en la foto». El personal, haciendo caso al «ingenioso hidalgo» -¡ah no, que ese era Don Quijote!-, se queda como «extasiao» y «disecao» -¡vamos que ni pestañea mientras esboza la mejor sonrisa, poniendo incluso cara de «tontaso»!- cuando alguien pronuncia la palabra mágica, «¡selfi!». Aquí, no sólo no se mueve ni Dios -¡por si acaso!- sino que se busca la foto, aunque sea con el peor enemigo, ya que no siempre se tiene la oportunidad de presumir de la «sonrisa profidén» que creemos tener y que es más falsa que un billete de 15 euros y Judas, juntos. ¡Dientes, dientes, que es lo que les jode!, que le decía Isabel Pantoja a su Julián «Cachuli» Muñoz para joder a los gráficos que les perseguían para ganarse la vida. ¡Qué tiempos!.

A todo esto, el diccionario dice que «fotografía» es «la técnica de reproducir, en un material fotosensible -imagino que se referirá al papel-, imágenes en el fondo de una cámara oscura». ¡A ver si vamos actualizando la definición, porque todos sabemos que fotografía es, además, algo más mundano, ya que la era digital se ha «cargao» muchas cosas, pero no todas!. Es como lo de aquella copla de los años 80 en la que The Buggles aseguraba que «el vídeo mató a la estrella de la radio», pero que, por suerte, no fue así; ¡qué hubiera sido de mí!. Eso o le decimos al brother de Juan Guerra -uno de los primeros «mangarrufianes» de la España postfranquista y que, según me contó mi hermanico Alejandro, tiene o tenía, una «casica» en Garrucha o en Mojacar- que está más «despistao» que un pulpo en un garaje o no tiene ni idea, cosa poco probable, porque Alfonso es un tío listo y uno de los prohombres del «sosialismo» patrio, como Griñán y Chaves, el andaluz no el de la República Bolivariana, ¿o sí?; ¡Jejejejejeje, por lo de prohombres!.

Y me pregunto, ¿por qué a los políticos les gustan tantos las «afotos»?. El otro día vi un «retrato» en el que aparecían dos tíos que, seguro, no se pueden ni ver; a saber el Quino Puig y César Sánchez, presidentes de la Generalidad y de la Diputación.Uno, el primero, barón «sosiata»; el otro, «pepero» hasta las trancas. Pero lo que más gracia me hizo fue que los «coleguillas» ocasionales aparecían cortando un racimo de la conocidísima uva de mesa embolsada del Vinalopó, la que se consume en Nochevieja. Lo acojonante del caso es que estos pavos no tienen ni idea de lo es un racimo de uva ni, evidentemente, como se cultiva, porque lo más parecido que han visto en su dilatada vida pública -¡jejeje!- es una red de balones de futbol, ¿verdad, Javier?.

Y Quino, empeñado en ser más conocido que el baúl de la Piquer y por perpetuarse en la memoria de los valencianos, incluso de los que no hablamos tan respetable lengua, aparece en otra «afoto» con un «puñao» de empresarios, entre ellos mi amigo Félix Cerdán, presidente de la Cámara de Comercio de Orihuela. Los empresarios, aprovechando que el encuentro con el Molt Honorable era en plan distendido -¡y tanto, porque pagaban ellos, no te jode!-, le apretaron un poco las neuronas y le pidieron que sus muchachos, con la Oltra incluida, pongan en marcha políticas para atraer a inversores extranjeros. Y digo yo, ¿no sería mejor que, primero, se pusieran los medios -infraestructuras- para que los inversores nacionales -¡esos que, aunque no le gusten a Pablo Iglesias tienen la pasta y crean puestos de trabajo y riqueza!- se instalen en esta tierra -la Vega Baja- tan rica y tan dejada de la mano de los hombres?. ¡Angelicos míos!; ¿es que nuestros empresarios no saben aquello de que «contra el vicio de pedir la virtud de no dar»?. ¡Es que todavía no se han «enterao» de que no hay nada más fácil para un político que prometer, porque, por mucho que prometa, hace lo que le pasa por el arco del triunfo -léase entrepierna-, ya que, total, nadie le pide explicaciones y, si se las piden, hace lo que mejor sabe hacer -¡como si todos hubieran recibido el mismo curso!-, tirar balones fuera y culpar a los demás de sus males!. ¡Yoooo; yo no he dicho esooo!. Pero hay algo que nos debería preocupar más -¡por lo menos a mí!- y no es otra cosa que habilitar ayudas para los pequeños y medianos empresarios, a Pymes y autónomos, que son los que dan el callo, se dejan la piel y, sin embargo, se les ningunea de forma vergonzosa y vergonzante. Mientras, nuestros políticos, los mediocres y los no tanto, se mueren por una foto, aunque salen más feos que «picio»; ¡allá ellos, yo me voy a comer al Rincón de Capi´s!