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Granadas al espejo de la laguna

Una familia de agricultores de Elche escoge suelos torrevejenses para cultivar el fruto con D.O.P.

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Cultivo de granada en Torrevieja junto a la laguna

Hace un par de años la familia Agulló de Elche decidió plantar 5.500 árboles de granada mollar en una parcela de más de ocho hectáreas. Un dato que carecería por completo de interés si no se añade que esta parcela se encuentra en Torrevieja. Torrevieja, municipio turístico por excelencia, donde cualquier cosa que tenga que ver con lo agrícola, más allá de la tradición de los viñedos de La Mata, suena a chiste. Y donde cualquier suelo, más aún si tiene vistas al mar y a las lagunas, incluso aunque esté protegido, es susceptible de usarse para cualquier otra cosa menos para cultivar granada. Eligieron los Agulló esta parcela torrevejense porque el terreno, tierra de saladares junto a las orillas de la laguna salinera y a su Parque Natural, se parece mucho a aquellos donde prospera la granada que llaman mollar en el entorno del Hondo, Albatera, San Isidro o Catral. Un bancal del que jamás se esperaría que creciera nada, pero que resulta ser ideal para esta fruta roja si está regado, como es el caso, con el agua del Tajo y el Segura que sirve la Mancomunidad de Riegos Margen Derecha. Pero no sólo se produce esta granada en el saladar de la laguna de Torrevieja, sino que además se comercializará con sello de calidad. Porque este otoño, la mollar se distribuirá por primera vez bajo el amparo de una denominación de origen, que servirá para diferenciarla de otras variedades americanas que también han llegado a los mercados, y que el consumidor no puede distinguir del producto nacional.

Y hablar de granada española es hablar de la granada de los campos del sur de Alicante. Herencia de la primorosa agricultura andalusí en la Vega Baja del Segura.

La procedente de estos ochenta mil metros cuadrados del paraje conocido como Lo Gilarte, en el camino de La Marquesa -junto a los términos de San Miguel de Salinas y Los Montesinos y la rambla Fayona-, también tendrá esta denominación de origen. La familia de agricultores que explota esta finca ha cumplido con todos los requisitos de calidad para sumarse a la iniciativa.

Un impulso a la granada en la que están implicados una docena de municipios de la Vega Baja, además de Elche, Crevillent, Santa Pola e incluso campos de L´Alacantí. Laureano Agulló explica que hasta dentro de un par de años el cultivo no podrá producir a pleno rendimiento, que estima en doscientos kilos por árbol. El cultivo es joven todavía. La mayor parte de la finca que explota en Torrevieja está plantada de mandarinos. Pero cuando adquirió los bancales, que se usaban como viveros de palmeras para suministrar a las urbanizaciones, como buen agricultor ilicitano pensó que ese suelo junto a la laguna era el mejor para la «mollar». Todo está informatizado y sistematizado. Riego por goteo, control regular de aportación de abonos?

El único riesgo para la cosecha es la climatología. Le teme especialmente al frío y a la «piedra», pero en Torrevieja ambos factores se reducen a la mínima expresión porque que el termómetro baje de los cero grados es noticia, y una granizada se documenta como histórica de poco frecuente. La idea de esta familia agricultores no es solo comercializar esta granada como la mejor al amparo de la denominación de origen. También aspiran al sello de producción ecológica, algo muy poco habitual en la Vega Baja pese a la honda raigambre agrícola de siglos de huerta, y donde apenas un puñado de empresas se han sumado a esta tendencia. El consejo regulador del cultivo ecológico es muy exigente. Pero Agulló, que en estos terrenos y en otros de Pilar de la Horadada también produce mandarín, considera que merece la pena porque toda la cosecha de granada, en ese caso, se destinaría a la exportación. Un kilo de esta fruta se comercializa a los distribuidores por 0,40 euros el kilo. Es un cultivo rentable teniendo en cuenta los precios del agua y los costes de producción. Pero con el sello ecológico el valor se eleva hasta los sesenta céntimos. El esfuerzo vale la pena. La granada ecológica de calidad certificada será la mollar del saladar torrevejense.

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