El cura párroco de la Iglesia Arciprestal de San Martín, Juan Bautista Samper, ha dirigido un escrito al Ayuntamiento de Callosa de Segura, en nombre del consejo pastoral, en el que informa que en su última reunión acordaron que procederían en los próximos días a retirar -«y bajo coste de la parroquia», dice el escrito- los símbolos y elementos de la Cruz de Callosa de Segura que fueron objeto de un pleno el pasado mes de marzo en el que se acordó proceder al traslado o eliminación del monumento y a la supresión de las placas conmemorativas que en ella aparecían.

Una decisión que está aplazada por un recurso presentado contra dicho acuerdo. En el escrito de la parroquia se reconoce que la decisión obedece al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica de 2007, por la que se reconocen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura y, entre ellas, las mismas importantes en el quehacer diario de cualquier ayuntamiento serían la retirada de cualquier tipo de simbología, como era el caso, un asunto que había pasado de soslayo en Callosa de Segura durante años hasta que llegó esta nueva corporación. El párroco añade en el escrito registrado que entre los elementos que pretenden retirar del mismo están «los siguientes símbolos o elementos de la Cruz que son objeto de exaltación colectiva de la Guerra Civil prohibidos: Pedestal: José Antonio Primo de Rivera, Placa: "Las Falanges Juveniles de Franco de Lugo, Placa: A los Héroes Falangistas de Callosa de Segura 1936-1937; no así de la Cruz, la cual se considera un elemento de fe y, por lo tanto, no debe ni puede ser considerada objeto de exaltación colectiva de la Guerra Civil, y por lo tanto no es un elemento prohibido por la citada normativa».

La reunión del consejo parroquial tuvo lugar el pasado día 5 y el pasado martes, una semana más tarde, se registró en el Ayuntamiento el documento con este objeto y sin consultar al equipo de gobierno sobre quién tenía que proceder a la retirada.

Lo curioso del caso es que la respuesta del alcalde, el socialista Fran Maciá, no ha tardado en llegar pues se ha producido al día siguiente a la vista de que en cualquier momento iban a desaparecer si saber nada más. Y, de entrada, Fran Maciá les dice que ni se les ocurra tocar nada de la plaza pues esta es pública y «al objeto de evitar malentendidos mayores, rogaría por su parte se abstuviera de realizar ningún tipo de intervención» en la misma.

Prohibida

El regidor agradece en su contestación el «hecho de reconocer (el consejo pastoral) de manera pública el carácter de simbología de exaltación colectiva de la Guerra Civil prohibida asociada al monumento (Cruz) de los Caídos».

El alcalde recuerda también que el estar situado el monumento -y en él incluye a la Cruz- en una plaza pública, «y ante la ubicación, corresponde a la Corporación Municipal el velar por la aplicación de la legislación vigente», y no al consejo parroquial. «Entendemos que no corresponde a la parroquia ni la potestad de retirar ningún tipo de placa ni símbolo de un elemento situado en plaza pública». A pesar de ello, alguno había desaparecido ayer.