Resulta bochornoso que diferentes ediles del PP de Torrevieja vayan saliendo en cascada -el último ha sido Tomás Ballester- diciendo, en plan antisistema pueril, que no hay que devolver los préstamos que el Ayuntamiento debe a los bancos. Como los escuche Montoro les echan del PP seguro.

Que el tándem Albaladejo-Dolón acuse al gobierno democrático de «regalarle 18 millones de euros a los bancos» por haber amortizado dos de los mayores préstamos que arrastraba la deuda municipal es realmente alucinante. ¿Qué es lo que toman estos señores para distorsionar tanto la realidad?

Cualquier ciudadano con sentido común sabe que los préstamos, cuando son legítimos, hay que devolverlos y que si se amortizan antes del plazo del vencimiento hay un considerable ahorro en los intereses a pagar. Además, como muy bien recuerda el actual edil de Hacienda, José Hurtado, pagar la deuda financiera es una las prioridades de abono cuando existe remanente de tesorería en un ayuntamiento.

Pero, además, esos préstamos fueron pedidos por el gobiernodel PP de Torrevieja, presidido por Eduardo Dolón y siendo concejal de Hacienda Joaquín Albaladejo, en 2012 para acogerse al Plan de pago a proveedores que impulsó el Ministerio de Hacienda y que permitía a los ayuntamientos pagar las facturas que se acumulaban en los cajones. A cambio, los gobiernos locales se comprometían a abrocharse el cinturón con una serie de medidas restrictivas.

Al saldar dos préstamos por 17,6 millones de forma anticipada, el Ayuntamiento se ahorra más de un millón de euros en intereses y se pone fin al Plan de Ajuste Económico Financiero del Ayuntamiento. Como afirma el edil Hurtado, «se trata de la postura más inteligente y además se superan las leyes restrictivas que se derivan de la Ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy».

Me da a mí que lo que le molesta al Partido Popular es que el gobierno de Torrevieja, además de demostrar que gestiona mejor el dinero público que ellos, haya roto el corsé que le impone el Ministerio de Hacienda y tenga menores trabas para acometer futuras inversiones como la municipalización del servicio de basuras. Ya se sabe que al PP le gusta que ese servicio sea privado para poder hacer negocios corruptos, como el caso Brugal y la adjudicación del servicio de las basuras de Torrevieja en 2004 nos demuestran.

Con el gobierno del cambio, Torrevieja se ha convertido en una de las grandes ciudades con menos deuda con los bancos. El Ayuntamiento ha reducido a 35,4 millones de euros los préstamos pendientes frente al máximo de 72 del año 2012 bajo el gobierno del PP.

Además, ha rebajado el Impuesto de Bienes Inmuebles a unos 64.000 inmuebles afectados por la subida aplicada por el PP en 2011; con esta medida, dejará de ingresar 3,6 millones de euros.

Y todo esto es posible porque hay una mayoría en el ayuntamiento que mira por el interés general de la ciudad y de sus habitantes. Como dijo el alcalde José Manuel Dolón en el pleno del pasado 25 de agosto al portavoz del PP: «Yo no soy un alcalde como el de antes que decía: -"¡Oye, a robar! Y todo el mundo callando o aplaudiendo o mirando para otro lado... Mire: esta noticia es del día 17 de agosto (no de hace diecisiete años): la trama de Rus vino a Torrevieja a robar 1,2 millones de euros. Imagínese de la mano de quien vendría. De mí no, seguro».