El Ayuntamiento de Callosa de Segura firmará un convenio con la Conselleria de Vivienda en las próximas semanas para impulsar un programa de subvenciones en el Área de Regeneración y Renovación Urbanas (Arru) del entorno de la calle Salitre, donde el 2 de noviembre aparecieron grietas en cuatro viviendas que tuvieron que ser desalojadas como consecuencia de una gran bolsa de agua que provocaron serios desperfectos en sus cimientos y el consiguiente peligro de derrumbe de estos inmuebles. Así, estas casas se engloban en un plan de rehabilitación más ambicioso que abarcaría unas 85 propiedades, según un estudio preliminar del Consistorio, que será concretado antes de finales de octubre para determinar el número exacto de viviendas que se podrán acoger a las ayudas, que oscilarán entre los 20.000 y los 30.000 euros, según avanzó ayer la directora general de Vivienda de la Conselleria, Rebeca Torró.

Con este plan de ayudas se pretende mejorar todo el barrio, en especial desde la calle Salitre, afectada por estos hundimientos, hacia la sierra, al tratarse de la zona más afectada por las casas viejas que necesitan una remodelación.

El acuerdo inicial entre el Ayuntamiento y la Conselleria se firmará a finales de octubre, aunque la formalización de estas ayudas tardará aún más en llegar, pero tanto el alcalde de la localidad como la directora general de Vivienda, apuntaron ayer que esperan que sean una realidad antes de finales de año.

La rehabilitación de las casas afectadas por el hundimiento de la calle Salitre continúa en el aire tras 11 meses desde su desalojo, a la espera de que se determine la indemnización que recibirán por parte del Ayuntamiento de Callosa de Segura, pues varios propietarios han recurrido judicialmente la tasación del perito, que va desde cerca de los 60.000 euros hasta más de 90.000, según apuntó ayer Maciá. En total son cuatro las viviendas afectadas por el hundimiento de tierra provocado por las fugas de agua del las tubería de la Mancomunidad de Canales del Taibilla y de la empresa municipal de aguas, Aqualia, cuya bolsa de agua reblandeció el terreno provocando las grietas y desplazamientos de tierra que obligaron a principios de noviembre de 2015 a desalojar las casas y a apuntalarlas para evitar su desprendimiento.

Al menos dos de estas propiedades tendrán que derrumbarse por completo al contar con serios daños en sus cimentaciones «al no contar con losa», apuntó Maciá, por lo que según los propietarios ni la indemnización del seguro ni la ayuda de la Conselleria cubrirá la totalidad de los gastos de rehabilitación. Torró apuntó que las ayudas del Arru también cubrirán los alquileres de las familias que se han visto obligadas a ser realojadas en otros inmuebles, que Maciá situó en dos, mientras que otro propietario se mudó a su otra casa en Torrevieja.