La máxima responsable del Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PPCV), la presidenta de la formación Isabel Bonig, asistió ayer por sorpresa a un acto organizado por el Ayuntamiento para «inaugurar» el curso escolar y arremetió duramente contra la política educativa de la Generalitat por los «continuos ataques» a la escuela concertada y su «imposición» del valenciano.

A la convocatoria estaba previsto que asistieran el alcalde, Emilio Bascuñana, y la edil de Educación, Begoña Cuartero, pero los medios de comunicación encontraron a su llegada y por sorpresa que, además de Bonig, asistieron Eva Ortiz, Pepe Ciscar, José Juan Zaplana, Juan de Dios Navarro y hasta cuatro concejales del municipio.

El acto se realizó en el centro concertado Jesús María. Se trata de un colegio que este año cumple su 50 aniversario y que ha perdido tres aulas en comparación con el año anterior -una de Infantil, una de apoyo a la integración y otra de ESO, con sus correspondientes docentes- debido a que ha bajado el número de matriculados. Desde el equipo directivo del centro criticaron este hecho al considerar que el Consell debería haber mantenido al profesorado para poder prestar una mejor atención a los estudiantes (170 en total) que provienen de diferentes «estratos sociales, razas, religiones o de programas de protección al menor». Según explicó el director, lo que más les ha molestado es que ni si quiera han conseguido que una delegación de la Conselleria les visitara para conocer la realidad del centro y la labor que realiza antes de reducir el número de docentes.

Y el ejemplo de la situación de este colegio vino como anillo al dedo a Bonig para exponer algunas de sus críticas a la Conselleria de Educación. La presidenta del PPCV explicó que quisieron ir a ese centro «para mostrar una realidad» a los que «hablan con desprecio de la concertada refiriéndose a centros clasistas» y donde en realidad «hay familias de toda condición». La presidenta del PP valenciano también advirtió que no van a consentir «imposiciones» con respecto a la lengua valenciana y defendió que esta es una «comunidad bilingüe, con zonas castellanoparlantes, y queremos que los alumnos hablen castellano y valenciano, y también inglés» pero, consideró que «hay que respetar el derecho de los padres a elegir».

«Demonizar»

«No se puede demonizar la concertada. Queremos que el Consell se siente a dialogar, a negociar, que no enfrente a unos ciudadanos contra otros y que bajen a la Vega Baja, a Orihuela, y que conozcan la realidad. La gente se siente valenciana y quiere aprender valenciano, pero no con imposiciones», prosiguió.

El alcalde oriolano criticó también que los alumnos del IES Playa Flamenca no hubieran podido empezar sus clases ayer porque no estaba todo listo para abrir el nuevo centro de ladrillo, pues hasta ahora estaban en uno de módulos prefabricados.

La última en intervenir fue la edil de Educación de Orihuela, que ofreció los datos que motivaron la convocatoria, anunciando que este año hay más de 12.500 alumnos matriculados en el municipio, de los que 1.926 son de Infantil; 4.657 de Primaria; 3.423 de ESO; 1.070 de Bachillerato y 1.523 de ciclos formativos, a los que se suman 48 alumnos de Educación Especial.