El balneario de Aigües es un punto destacado de la provincia para los amantes del esoterismo, el espiritismo y la magia negra, por el pasado turbulento como preventorio antituberculoso durante el franquismo. Esta «afición» ha llevado a tapiar y vallar en varias ocasiones el inmueble para evitar que la gente entre en su interior y pueda sufrir algún accidente. Allí se han realizado psicofonías y otros ritos en busca de contactar con el más allá. Actualmente el edificio, levantado en el siglo XIX, está en un avanzado estado de deterioro y abandonado tras frustrarse el proyecto de volver a convertirlo en un hotel de lujo como fue en sus inicios. Este mismo año la empresa propietaria lo ha vuelto a tapiar a petición del Ayuntamiento, aunque en ocasiones anteriores han roto los muros para acceder al interior para seguir con los juegos esotéricos. J. A. R.