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Imposible poner puertas a una playa

Los bañistas desoyen la prohibición de transitar por 640 metros de la playa Babilònia por las casas en ruina y escolleras

Imposible poner puertas a una playa

Ni se pueden poner puertas al campo ni tampoco a una playa, y menos en pleno mes de agosto. Bañistas de Guardamar del Segura Guardamar del Seguraincumplen todos los días la prohibición de acceder 640 metros de la playa Babilònia, que está cerrada desde hace un año por decreto municipal debido «a la falta de seguridad en las zonas de tránsito y de baño». El motivo fue el peligro de algunas casas en ruina, aceras destartaladas y escolleras colocadas sin ningún tipo de control para tratar de proteger las viviendas del oleaje marino. Aunque la medida se adoptó con el beneplácito de Costas y el Ayuntamiento realizó una campaña informativa para advertir a los veraneantes de la peligrosidad de acceder a esa zona, son muchos los que hacen oídos sordos y acuden a diario a darse un chapuzón.

Desde el Ayuntamiento admiten que Policía Local tendría la facultad de imponer sanciones a todos aquellos que no cumplan, pero lo cierto es que en lo que va de verano no se ha multado a nadie. Fuentes municipales señalaron a este diario que «comprenden» el hartazgo de los vecinos porque el problema no es nuevo, si no que se viene arrastrando durante años. De alguna forma, no quieren crispar más los ánimos, pero advierten de que las personas que acceden a ese área lo hacen bajo su responsabilidad porque está formalmente prohibido.

Mientras tanto, no está en sus manos aportar soluciones, puesto que parece necesario un proyecto de regeneración de este entorno. Aunque se ha pedido en numerosas ocasiones a la Dirección de Costas, hasta el momento no ha habido respuesta.

Fue el 1 de septiembre del pasado cuando a primera hora de la mañana un grupo de operarios municipales dispuso vallas metálicas en algunas de las zonas de acceso para impedir el paso y entre protestas de los vecinos. Un año después muchas de esas vallas ni si quiera están y otras han venido siendo retiradas y recolocadas en múltiples ocasiones, aunque también las hay que siguen en pie.

El vallado se colocó en el tramo que se extiende desde el número de casa 47 hasta el 197 y no sólo impide el acceso a la zona de baño, sino que también se pidió a los residentes que «no hagan uso del acceso particular que cada vivienda tiene a la playa por motivos de seguridad». Y poco más puede hacer el consistorio, puesto que no tiene competencias para actuar sobre esa zona pero sí es responsable de la seguridad en las zonas de baño.

Las concesiones de esas casas ubicadas en la misma arena de la playa caducan en 2018. Aunque el gobierno central aprobó que los derechos de uso se puedan alargar durante varias décadas más, todo apunta a que Costas no renovará algunas de ellas al encontrarse las casas y accesos en muy mal estado.

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