En las playas de Torrevieja sólo los socorristas actuarán en labores de rescate y salvamento en lo que queda de verano. El gran proyecto tecnológico anunciado a principios de año por el concejal de Innovación, Javier Manzanares, el «SalvaDron», definitivamente no se pondrá en marcha este año.

La Junta de Gobierno Local archivó ayer el contrato de 17.990 euros con el que se pretendía dotar a Torrevieja de dos aeronaves no tripuladas y controladas de forma remota que iban a llevar hasta las personas en riesgo un salvavidas mientras acudían los medios tradicionales de rescate. Benidorm lo consiguió poner en marcha pero en Torrevieja se encontraron con diversos problemas que la portavoz del Gobierno, Fanny Serrano, achacó a «las dudas jurídicas de alguno de los departamentos implicados, unido a las fechas en las que estamos, ya que el servicio era para todo el verano y no ha podido hacerse, pese a nuestra intención», manifestó.

Los socorristas se quedan sin esa novedad tecnológica y se tienen que conformar con métodos rudimentarios, por ejemplo, para poner las banderas que indican la idoneidad o no del baño. En la playa de La Mata encontramos varios ejemplos, a cada cual más esperpéntico. En el arenal más grande de la ciudad las banderas se pueden encontrar atadas a una caña de pescar sobre una silla de socorrista que nadie usa, aunque sin riesgo de que el instrumento de pesca se caiga ya que fue bien atado con cuerdas.

Más perplejidad a los bañistas, y confusión, les debe crear la bandera pirata cuyo mástil comparte espacio con la roja, amarilla o verde del baño en la zona central de esta playa y que pareciera advertir de la presencia de bucaneros en la costa. Por no tener, los socorristas no tienen ni caseta y han decidido aprovechar lo que queda del antiguo embarcadero romano de La Mata, bajo la torre, para instalar su puesto de vigilancia en un lugar con cierta altura. Unas sillas y una sombrilla con base de hormigón les acompañan. En ese caso se ha optado por un simple palo como soporte de la bandera.