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Hotel nocturno para miles de aves en Torremendo

La Pedrera sirve cada noche de refugio a decenas de especies

Hotel nocturno para miles de aves en Torremendo

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Hotel nocturno para miles de aves en Torremendo rubén míguez/Vídeo: Tony Sevilla

Son las nueve menos cuarto. Aún no ha anochecido, pero de repente el cielo se pone oscuro. No son nubes, ni la noche que haya caído de repente. El sonido delata a las culpables. Un millar de grajillas sobrevuelan Torremendo, dejando una estampa única y que se puede disfrutar en el embalse de la Pedrera cada atardecer de verano. Estas aves han hecho de este rincón su refugio nocturno. No son las únicas. Decenas de especies pasan la noche en los árboles que rodean este embalse y en la propia orilla, convirtiéndose en una especie de «apartahotel» para aves que dejan al amanecer.

Un espectáculo que no pasa desapercibido. Cámara en ristre, son muchos los aficionados a la fotografía que esperan pacientemente la llegada de los pájaros que fieles a su cita acuden a últimas horas de la tarde a descansar en los mismos dormideros.

La Pedrera se ha convertido en el gran pantano de la Vega Baja. Forma parte del paisaje pero su formación no es natural. Fue construído en 1980 para abastecer de agua a diferentes localidades de las provincias de Alicante y Murcia, tanto para consumo como para riego. Su cercanía a Sierra Escalona no pasó inadvertida para cientos de especies animales que habitan en ese paraje natural. Esas especies, sobre todo aves, con casi 200 catalogadas en el embalse, han convertido a La Pedrera en un humedal más de los que, afortunadamente, abundan en el sureste peninsular. Eso sí, de agua dulce. Se encuentra en una zona de trasiego entre los diferentes humedales, estos naturales, de El Hondo, La Mata, Santa Pola y San Pedro del Pinatar, donde acuden, de día, muchas de esas aves que pasan la noche en el embalse. Es el caso de la garcilla bueyera, la garza real y la ya mencionada grajilla, especies, algunas de ellas, especialmente protegidas por su vulnerabilidad. En las aguas del embalse encuentran, además, un suministro enorme de alimento, tanto peces para las aves acuáticas que aquí dormitan como el porrón pardo, el tarro blanco o la cerceta de la que se han contabilizado hasta 300 ejemplares, como insectos, anfibios o pequeños reptiles para el resto.

Con esta diversidad de especies utilizando de refugio nocturno el embalse, La Pedrera es ya uno de los principales dormideros de aves de la Comunidad Valenciana. Los pájaros encuentran aquí también seguridad, ya que los depredadores suelen huir de terrenos donde se pueden hundir y pocos son los que se aventuran a meter sus patas en el agua, así que las ramas de los árboles cercanos a la orilla son un lugar seguro, a pesar de que el embalse también es frecuentado por mamíferos carnívoros como zorros, gatos monteses o tejones, que se dejan ver de noche.

A las 7 de la mañana, como si se tratara de un reloj, las aves retoman el vuelo y se dispersan por toda la Vega Baja y comarcas limítrofes en busca de alimento. No volverán al embalse hasta el atardecer.

Parque natural

Amigos de Sierra Escalona (ASE) ha puesto su mirada en este espacio acuático. Este grupo conservacionista pretende que el embalse de La Pedrera se incluya dentro de los límites del futuro Parque Natural de Sierra Escalona y Dehesa de Campoamor, cuya declaración está tramitando la Generalitat. El pasado mes de julio Las Cortes aprobaron una Proposición No de Ley para acelerar los trámites para la protección de esta zona, que sería el parque natural número 23 de la Comunidad Valenciana y el Consell se ha comprometido a que sea una realidad en esta legislatura.

ASE ha enviado recientemente a la Generalitat la petición de inclusión de La Pedrera en el futuro parque natural por su conexión con el espacio protegido de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, lo que ve con buenos ojos el organismo autonómico. Esto conllevaría una mayor protección para el entorno del embalse, que la Consellería de Medio Ambiente va a incluir en el Catálogo de Zonas Húmedas de la región como así lo solicitó hace dos meses ASE con el apoyo de 200 entidades entre ONG´s y centros de investigación animal.

El embalse no sólo se utiliza como dormidero por parte de las aves. Algunas especies han decidido hacer de esta acumulación artificial de agua su hogar habitual. Es el caso de la garza imperial, la garza real, la garcilla bueyera o el tarro blanco, que nidifican en la orilla más alejada de la zona cercana a la carretera.

Especies invasoras

Los ecologistas alertan de la presencia de especies invasoras en las aguas del embalse. Es el caso de las carpas o el black-bass. Estos peces pueden llegar a colonizar el embalse poniendo en peligro otras especies al comerse también sus puestas y llegan a embalses o pantanos por la acción humana. Son introducidos por las confederaciones hidrográficas para la limpieza de insectos en los trasvases y también para la pesca deportiva, actividad prohibida en La Pedrera. Controlar su población es complicado y juegan un papel fundamental en este sentido las aves acuáticas de las que La Pedrera puede presumir.

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