La gran pinada de Guardamar del Segura, que ocupa una extensión de cerca de 800 hectáreas, precisa de trabajos para adecuar la zona después de que la plaga del tomicus haya arrasado decenas de árboles que permanecen secos y en muchos casos caídos a la espera de ser retirados. El Ayuntamiento ha solicitado ahora un programa de ayuda al Servef que permitiría la contratación de una brigada de cinco personas durante seis meses para ocuparse exclusivamente de esta tarea. El siguiente paso sería iniciar las labores de reforestación en las áreas más afectadas.
El alcalde, José Luis Sáez, detalló que el departamento municipal de Medio Ambiente ha elaborado un proyecto para definir las actuaciones que se precisa acometer en la pinada para poder solicitar a la Generalitat una subvención en el marco del programa «Encor». Aunque todavía se desconoce el montante económico que podría recibir la localidad, el regidor determinó que se trataría de una ayuda fundamental para poder actuar frente a la «imagen dantesca» que presentan algunos puntos de la pinada, garantizando así la conservación de uno de los principales pulmones verdes de la comarca.
Además de la retirada de pinos muertos y la replantación con nuevos ejemplares, desde el consistorio apuntan a que también sería necesario instalar nuevas trampas para controlar la incidencia de ese insecto. Según valoró el regidor, las 15 trampas que hay instaladas en este momento son insuficientes para un terreno que abarca cerca de 8 millones de metros cuadrados.
El equipo de gobierno calcula que en un par de meses podrá tener operativa esa brigada, que se sustentará también con una parte de dinero municipal.
