Callosa está de fiesta y decenas de jóvenes participaron el sábado en un botellón, cuyos restos quedaron visibles a la luz del día. Cientos de botellas, botes, bolsas y vasos se acumularon en las calles de la ciudad, para indignación de algunos vecinos que criticaron que los responsables no tiraran la basura en los contenedores. Los servicios de limpieza del municipio se tuvieron que emplear a fondo para borrar todo rastro de la «juerga» de la noche. r. m