La Plataforma Ciudadana en Defensa de la Cruz de Callosa de Segura sumó ayer 975 firmas a las casi cinco mil que registraron en junio en el Ayuntamiento con el objetivo exigir que el monumento se mantenga en la plaza de España del municipio. Además, también pusieron sobre la mesa otras 1.850 firmas registradas a través de la plataforma digital Change.org. Todas con el mismo fin que el Ayuntamiento descarte la iniciativa para retirar la Cruz. Algo que el gobierno de mayoría del PSOE, IU y un grupo independiente ligado a Podemos decidió en pleno en cumplimiento de la ley de Memoria Histórica, aprobada por el gobierno central en 2007.

El portavoz de la plataforma Tony Illán explicó que el alcalde

Fran Maciá ha rechazado, al no responder, a la petición de mantener una reunión y abrir una fase de negociación y diálogo sobre el futuro del monumento, que este colectivo denomina genéricamente como la Cruz, pero que popularmente se conoce como la Cruz de los Caídos.

El equipo de gobierno justifica su postura por el hecho de que una vez que planteó la decisión de retirar el símbolo la iglesia adujo que estaba sobre suelo de su propiedad y afectado por la protección de Bien de Interés Cultural, que avala la protección de la iglesia de San Martín. El gobierno solo se reunirá con la plataforma cuando se resuelva ese conflicto administrativo. El Ayuntamiento mantiene que el terreno que ocupa la Cruz está situado sobre suelo público, en la plaza de España, que aparece en el inventario de bienes municipales, frente al edificio consistorial. La Plataforma explica que la ley de memoria se refiere a los monumentos de exaltación franquista instalados por gobiernos durante la dictadura. La Cruz, aseguran, fue sufragada por unos particulares, y lo que es más importante para este colectivo. No lo consideran un monumento del régimen. «La Cruz es el símbolo de los cristianos en recuerdo de una figura que dio la vida por los hombres». Sí admite la Plataforma que el recuerdo al fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera puede desaparecer pero no el de los nombres que figuran en el monumento, que aseguran, es del vecinos del pueblo asesinados durante la Guerra Civil, y no de soldados o cargos del bando nacional. La misma fuente indicó que cuando se retiran nombres franquistas de calles o colegios, como fue el caso del cambio del Colegio Francisco Franco a Colegio La Paz, «no se derriban» e señaló que las más de siete mil firmas supera el número de vecinos que votaron al gobierno actual.