Se trata de la app móvil del momento, que ya se ha convertido en el juego para teléfonos inteligentes más descargado de la historia, pese a que aún no ha llegado a todo el mundo. Sí lo ha hecho a Orihuela, donde sobre todo a primera hora de la tarde, a caer el sol, decenas de jóvenes -y no tan jóvenes- se ponen en la piel de un auténtico entrenador Pokémon para buscar por las calles de la ciudad a las míticas mascotas de Nintendo. La App hace uso de la geolocalización para guiar a los usuarios por entornos reales en la captura de estos personajes, y mediante el uso de la realidad aumentada y la cámara del teléfono, sitúa a los distintos ejemplares no sólo en el mapa, sino en su entorno real, y de forma aleatoria en el mapa.

Así, puede aparecer un auténtico Bulbasur -una de las mascotas míticas de la saga- en plena calle Mayor, o el famoso Meowth, mascota del Team Rocket -los «malos» de la famosa serie de animación y videojuegos-, en la Plaza del Carmen. Precisamente este punto concentra cada día a decenas de jugadores, como pudo comprobar ayer este diario, ya que aquí confluyen hasta cuatro de las llamadas «Poképaradas». Se trata de lugares que los jugadores deben visitar para obtener objetos básicos como las pokéball -necesarias para atrapar pokémon-, pociones para revivirlos tras los combates o huevos que incubar y del que posteriormente nacerá otro personaje.

Auténticos profesionales

Algunos acuden a la caza de pokémon como auténticos profesionales, con baterías externas con las que recargar el móvil -el consumo de batería es notorio al tener que tener la app siempre encendida-, o cantimploras de agua para soportar el calor durante el largo recorrido por la ciudad. Y es que hasta caminar da puntos. Las incubadoras «calientan» los huevos con cada paso, de forma que el jugador deberá recorrer por la ciudad durante dos, cinco o diez kilómetros para eclosionar el huevo. No hay mejor guía turístico.

Además, el recorrido por la ciudad se hace completamente necesario si uno quiere «hacerse con todos», pues los pokémon de tipo planta tienden a concentrarse en zonas ajardinadas -aquí El Palmeral de Orihuela se convierte en un lugar idóneo-, los de agua en playas y ríos -en el Segura pueden encontrarse varios tipos-, o los de roca en zonas montañosas -el entorno de la sierra oriolana tiene mucho que decir aquí. Los más cotizados son las mascotas míticas de la saga, como Pikachu, Charmander, Squirtle, o Bulbasur.

«Vengo todos los días desde el colegio Santo Domingo hasta la Plaza del Carmen porque hay un montón de Poképaradas por el camino», asegura un usuario que, junto a otros dos amigos, han sucumbido a la fiebre Pokémon. «Tengo 92 pokémon-de cerca de 150 que contiene el juego-, y encontré a Pikachu en El Palmeral».

Otras de las visitas obligadas por la ciudad son los gimnasios, donde se realizan los combates entre pokémon y donde estos ganan fuerza, además de puntos para el usuario. La Biblioteca María Moliner, la iglesia de San Sebastián, un grafiti junto a Ociopía o la sede de Cáritas, centran los del casco urbano.

En estas zonas también es frecuente el continuo tránsito de jóvenes con sus móviles en busca de aventuras como entrenadores, y ya han surgido otras apps y páginas web donde los usuarios reportan dónde se encuentran los diferentes pokémon para completar la colección, antes de los nuevos ejemplares que están por llegar.