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La huerta gana terreno a la especulación

Catral recupera más de 20.000 m2 de cultivos donde hubo un mercadillo ilegal durante años

A la izquierda, imagen actual de los terrenos ocupados durante años por un mercado ilegal (derecha), ahora reconvertidos en cultivos. vicente muñoz

Es uno de los principales recursos turísticos, y económicos, de la Vega Baja, pero durante años se ha cuidado tan poco que a punto ha estado de desaparecer en algunos municipios de la comarca. Hablamos de la huerta, muy tocada por los desmanes urbanísticos de los últimos años.

Pasados los tiempos de bonanza del ladrillo, las zonas cultivables van ganando terreno. Catral es un buen reflejo de lo que contamos. En este municipio, que no llega a los 10.000 habitantes, se llegaron a levantar en dos décadas más de 1.200 viviendas en plena huerta de forma irregular, al margen de los planeamientos urbanos locales. Estos terrenos, arrebatados a los bancales, son ya irrecuperables para cultivo.

Pero no todo está perdido. En esta localidad se acaban de recuperar 20.700 metros cuadrados de huerta. Se trata de los terrenos que hasta hace tres años ocupaba el Mercadillo del Olivo, clausurado por carecer de licencia de actividad. El aparcamiento donde se llegaban a congregar docenas de coches hoy luce un bonito manto verde, el de la alfalfa que se está cultivando.

Justo al lado, aún quedan vestigios de lo que fue esa actividad invasiva para la huerta, un solar de 10.000 metros cuadrados que su propietario pretende también convertirlo en cultivable. Se ha retirado toda la grava de la zona cumpliendo así el expediente de restauración de la legalidad que ordenó el ayuntamiento catralense cuando se precintó el mercadillo en el año 2013.

El Ayuntamiento de Catral ha emitido en los últimos tres años 35 expedientes de infracción urbanística y se ha ordenado la demolición de vallados o barbacoas que no contaban con los permisos necesarios. Sin embargo, el alcalde de la localidad, Pedro Zaplana, señala que «vamos a seguir permitiendo construir siempre que el propietario del terreno cuente con los metros suficientes para ello, pero miraremos con lupa que se cumpla la más estricta legalidad», señala, en un municipio donde las ordenanzas urbanísticas se han saltado a la torera.

No es el único peligro para una mermada huerta; los vertederos incontrolados han dañado muchas zonas de cultivo.

Sin ir más lejos, en Catral, encontramos un basurero junto a un azarbe y otro cerca del polígono industrial, ambos en la huerta. El portavoz de la Plataforma en Defensa de la Huerta, Moisés Cruz, que prepara un inventario de vertederos en zonas de cultivo, se lamenta del «abandono al que se ha sometido a la huerta tradicional durante años», aunque se felicita por la rápida recuperación que está teniendo en algunos municipios.

Esperanza

Dar un paseo entre limoneros o plantas de alcachofas es un placer y, parece, que aún podremos disfrutar de ello durante mucho tiempo. Es esperanzador lo que ha sucedido con unos terrenos en la carretera de Catral a Dolores, cerca del cementerio, cuyo propietario los adquirió para construir chalés. La explosión de la burbuja inmobiliaria ha llevado a este empresario a replantearse el uso de estas parcelas y, ahora, las está reconvirtiendo en huerta con la plantación de algunos cultivos y la instalación, incluso, de una balsa de riego.

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