La Archicofradía de Nuestra Señora de Monserrate de Orihuela recibió ayer una donación que tiene un gran valor sentimental para los devotos. Se trata de dos óleos pintados hace más de medio siglo con la imagen de la patrona de la ciudad, así como una talla de madera dedicada a la Virgen. Este patrimonio formaba parte de la colección del Banco Sabadell, una entidad que ha decidido donarlos para que sean expuestos en el santuario.

La cesión se formalizó ayer con la firma de un acuerdo entre el presidente de la Archicofradía, Antonio M. García, y el director territorial del citado banco en la zona este del país, Jaima Matas. El acuerdo supuso un importante paso adelante para los feligreses puesto que tal y como recordó García «existía una especie de desazón porque no sabíamos cuál sería el destino final de estas obras de arte». «Gracias a Dios y a la Virgen Monserrate serán expuestos en el santuario de la patrona», prosiguió. El mismo destacó que la cesión de este patrimonio tiene para los feligreses mucha relevancia «tanto a nivel material como a nivel espiritual» por lo que representa «que es la imagen de nuestra querida patrona».

El óleo más antiguo es una obra de Fernando Fenoll, data de los años 40 y está pintado sobre un lienzo que mide 105 centímetros de alto y 63 de ancho. El otro es obra de Antonio Soriano, se realizó en la década de los 60 y mide 46 por 33 centímetros, mientras que la talla fue esculpida por José Sánchez Lozano. Los tres autores fueron oriolanos y dedicaron estas obras a la patrona de la ciudad. Según valoró Jaime Matas, el banco ha accedido a la cesión de este patrimonio porque «en mejores manos no podría estar».

Veneración

A la firma de este convenio de cesión acudieron igualmente algunas de las camareras del santuario, que son las mujeres que se ocupan de los cuidados del templo así como de organizar distintos actos vinculados a la veneración de la Virgen. En total son un grupo de 18, siendo la camarera mayor Josefina García Pertusa.

La Archicofradía de Nuestra Señora de Monserrate cuenta en la actualidad con cerca de 400 cofrades y en estos momentos se está enfrentando de nuevo a un problema que viene repitiéndose en los últimos años. Según explicó el presidente, en el santuario se ha vuelto a detecta una plaga de termitas que está afectando a la zona de la Sacristía. Para hacerle frente, se ha contratado a una empresa especializada en frenar este tipo de plagas que ya acabaron con la puerta de acceso al templo y otros elementos.

El santuario está declarado Bien de Interés Cultural tanto por el valor del edificio como por los bienes que atesora, incluyendo ahora estas tres piezas que «estarán siempre en el corazón de los oriolanos», concluyó García.