Una docena de profesionales de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (Fepet) se ha desplazado hasta Orihuela para cubrir las fiestas de la Reconquista, con la intención de apoyar el expediente que se tramita para que sean declaradas de Interés Turístico Nacional.

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Estas fiestas empezaron el pasado sábado y se prolongarán hasta el próximo día 23.

En la primera jornada de los actos, el alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, en presencia del president de la Generalitat, Ximo Puig, se dirigió a los oriolanos desde el balcón del Ayuntamiento, disculpando en primer lugar al ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, quien no pudo asistir por los hechos ocurridos recientemente en Niza y Turquía.

Bascuñana pidió también que se guardase un minuto de silencio por las víctimas y "por que la tolerancia y la democracia triunfen sobre la barbarie".

También defendió "la generosidad del pueblo oriolano, que siempre ha aportado lo mejor de nosotros para nuestra tierra".

El alcalde resaltó el esfuerzo que están haciendo su corporación y otras instituciones, con el apoyo de la Generalitat, para que estas fiestas pasen a ser de Interés Turístico Nacional, para seguir trabajando más tarde hasta conseguir su reconocimiento internacional.

El síndico portador de la Gloriosa Enseña del Oriol 2016, máxima distinción de las fiestas oriolanas de la Reconquista, ha sido Miguel López, que representaba a su padre, el periodista Eduardo López Egío, quien fue nombrado a título póstumo tras su muerte acaecida en mayo pasado.

López recordó y resaltó la trayectoria profesional de su padre ante la Gloriosa Enseña del Oriol, que data del inicio siglo XV y mantiene gran parte de sus bordados originales, para la que también se ha iniciado el expediente de Bien de Interés Cultural (BIC), colgada del balcón como enseña de Orihuela y en su origen como estandarte de guerra.

El sábado por la tarde tuvo lugar el desfile de las 18 comparsas (diez moras y ocho cristianas), que marcó el inicio a los festeros de ambos bandos para tomar las calles de Orihuela, así como una ofrenda floral a las mártires Santas Justa y Rufina, patronas de la ciudad, cuya festividad se celebró ayer, fecha en la que Jaime I de Aragón tomó la ciudad.

Esta fiesta se institucionalizó en el año 1400 con la realización de una serie de actos.

Entre éstos destacan la procesión cívico-religiosa de la Gloriosa Enseña del Oriol y el Sermón de la misa de las santas a las que se le sumaron a lo largo de los siglos XVI y XVII comedias, danzas, simulacro de batallas entre moros y cristianos, entre otros, convirtiéndose así en una de las fiestas de este tipo más antiguas.

Tras largos años de letargo fueron refundadas a partir de 1975.

Orihuela, declarada Conjunto Histórico Artístico, atravesada por el río Segura, es ciudad de palacios, iglesias, conventos y paisaje sonoro, con olor a azahar en primavera, que se abraza a la montaña con su forma de media luna mientras espera conseguir este nuevo reconocimiento a nivel nacional.