La inhabilitación para cargo público inhabilitación cargo públicodebería suponer, técnicamente, que alguien condenado por ello devolviera su acta de concejal y que la lista de su partido corriera para mantener la representación que le han dado los ciudadanos a esa formación. Y, se sobreentiende, que si a uno le han caído ocho años debería ser casi automático. Ese no es el caso de Mariano Martí, alma máter desde hace casi dos décadas de un partido de independientes en San Fulgencio (APSFU), quien se ha aferrado con tal fuerza a su acta de concejal de la oposición que la mantiene pese a que hace meses que la Audiencia confirmó la sentencia de un juzgado de Orihuela que le había condenado tanto a él como a los ya exediles Trinidad Martínez y José Mora por un delito contra la ordenación del territorio a penas de entre 17 y 8 meses de prisión y entre 9 y 8 años de inhabilitación para cargo público. Y la pregunta es: ¿Es esto normal? Él prefiere no dar explicaciones sobre su decisión y guarda un silencio sepulcral, según explican los que fueron sus compañeros el pasado mandato. No quiere saber nada.
El Ayuntamiento de San Fulgencio recibió las notificaciones, en la fase de ejecución de sentencia, de aquella condenas para todos los que estaban afectados por su condición de cargo público porque eran firmes desde hacía meses y, consecuentemente, no cabía ya recurso alguno. Sólo cumplirlas. Se las entregó no sólo a los políticos, también a los funcionarios que igualmente fueron condenados por aquella resolución que viene a culpar a todos por permitir la construcción de pisos turísticos sobre un suelo que debía servir como residencial para deportistas. El proyecto databa de 2000 y se ejecutó al cabo de una década, lo que se incardinaba en un delito contra la ordenación del territorio y así lo entendieron los magistrados que los condenaron tanto en primera como en segunda instancia.
Sector privado
Los funcionarios ya se marcharon del Ayuntamiento porque no pueden firmar nada y se han buscado actividades profesionales en el sector privado. Y de los políticos condenados por aquellos hechos a dos no les afectó la inhabilitación para cargo público porque ya habían dejado sus actas de concejales, pero a Mariano Martí sí... pero ahí sigue.
El propio alcalde, Carlos Ramírez (Partido Popular), aseguraba a preguntas de este diario que no sabe qué hacer con este espinoso asunto aunque suya no es la responsabilidad de lo que haga Mariano Martí y menos es él el encargado de ejecutar la sentencia. Es un invitado de piedra y bastante sorprendido en un Ayuntamiento de 13 concejales que desde que se supo de la sentencia se ha quedado con 12 porque Mariano Martí no aparece. Ni acude a los plenos ni a las comisiones o junta de portavoces y se niega a firmar las notificaciones que el regidor le envía a través de una pareja de agentes de la Policía Local.
El PP gobierna en mayoría en San Fulgencio en este mandato después de que se redujera de 17 a 13 el número de ediles por el bajón del padrón, aunque muchos extranjeros viven todo el año pero no están censados. Carlos Ramírez tiene 7 ediles por dos de los independientes del PIPN, otros dos del PSOE -tercera fuerza política- y los mismos que suma el partido del propio Mariano Martí. UPyD tiene un representante en la corporación sanfulgentina. Ahora la silla de Mariano Martín está vacía en el Ayuntamiento.
El político tiene una larga trayectoria en el municipio y seguidores; de hecho, llegó a ser regidor en dos ocasiones y, en especial, en la convulsa legislatura de 2003 a 2007 en la cual fueron la segunda fuerza más votada, tras el PSOE, por delante del PP, sumando tres ediles. En 2007 perdió un concejal, pero dio la Alcaldía a Trinidad Martínez y tuvo responsabilidades de gobierno que, al final, acabaron con esta imputación que le ha costado una condena. Pero aquel pacto con el PSOE y el aumento de 13 a 17 ediles por el desorbitado incremento de vecinos, le permitió en 2011 subir a cuatro concejales, los mismos que el PSOE y la mitad que el PP que, siendo la fuerza más votada, logró la Alcaldía gracias a un pacto con otros independientes, los del PIPN.
Veinte años después Mariano Martínez se aferra a un cargo que tendrá que dejar atrás o que mantendrá lo que resta de mandato en las actuales circunstancias: sin aparecer por el Ayuntamiento. Eso si nadie le obliga a presentar su renuncia a su acta. Y, mientras, su partido está con un solo concejal y San Fulgencio probablemente sea el único municipio de España con un número par de concejales.
