Varios usuarios de la pequeña playa de la Curva del Palangre, entre las playas de Los Locos y el Cura, han solicitado por escrito al Ayuntamiento de Torrevieja que retire el acantilado bajo y las piedras que configuran el perfil costero propio del litoral de esta zona. El concejal de Playas, Javier Manzanares, confirmó que se ha reunido con los afectados, aunque no ha podido dar solución al «problema» que plantean estos vecinos ávidos de gozar, ellos también, de unos metros cuadrados más de arena cuando bajan de sus residencias de veraneo a darse un chapuzón.
Nada importa que miles de años de evolución geológica dejaran en la costa esta sucesión de bonitas calas de naturaleza rocosa que conforman el característico paisaje torrevejense. Accidentado, con bloques desprendidos y pequeñas cuevas, y recodos donde ocasionalmente se acumulan guijarros o arena. Pero no todo es belleza en este típico acantilado bajo como demuestra la demanda de estos usuarios que solo quieren poder clavar el palo de su sombrilla como cualquier veraneante normal. Las rocas les resultan de lo más incómodas, y no van a ser residentes «de segunda», que para eso pagan sus impuestos. Playas, en estos momentos está ultimando un contrato de 21.000 euros para instalar 148 metros lineales de pasarelas accesibles, con placas de hormigón de un metro y medio de ancho, destinadas, en especial a la Playa de Los Náufragos, pero también para ubicarlas en las playas de Los Locos y el Cura. Se trata de una actuación, que al igual que en otros municipios vecinos costeros, permitirá hacer más accesible el tránsito por la playa y el baño a los usuarios con movilidad reducida. En San Roque ya se han ubicado un par, aunque suministradas de forma gratuita por la concesionaria de hamacas, como el pasado año.
Algunos torrevejenses, temiéndose lo peor, creen que el próximo objetivo de estos «antialgas, antirocas o rocaflautas», puede ser el popular paseo de Las Rocas.
