Colectivos conservacionistas, vecinos del Campico de Guardamar y amantes de la naturaleza y del paisaje de la Vega Baja han salvado in extremis uno de los ejemplares más viejos y de mayor envergadura de algarrobo de España. Las obras de la urbanización del Mirador, en el Campico de Guardamar -un plan que contempla 2.300 casas sobre 650.000 metros cuadrados-, han comenzado y amenazaban con la supervivencia de este árbol monumental. Está situado en la partida de San Bruno, y las estimaciones señalan que podría alcanzar los 300 años de historia. Amigos de Sierra Escalona (ASE) y la Agrupación Fotográfica de Torrevieja documentaron la presencia del ejemplar la semana pasada y alertaron al alcalde José Luis Sáez (PSOE), cuando sobre el terreno ya está trazado y desbrozado el trazado del vial en el que el árbol se queda aislado justo en el centro.
La legislación de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunidad Valenciana protege de forma automática ejemplares como éste, sin necesidad de una resolución específica, al contar con un perímetro mínimo del tronco de seis metros y más de diez a 1,30 de altura. Un troco abierto en dos impresionantes ramas y un porte imponente para tratarse de un garrofero.
El alcalde Sáez ordenó a finales de la semana pasada, poco después de recibir la carta de ASE -que también se ha remitido al Seprona y la Generalitat- precintar el perímetro del espectacular garrofero y advertir con cartelería y escudo municipal de esa protección. El árbol fue plantado probablemente, en el momento en el que se comenzó a colonizar el entorno de la laguna de La Mata con la agricultura de secano, a mediados del siglo XVIII.
Las obras en ese punto se han paralizado hasta encontrar una solución urbanística con la preservación del ejemplar como prioridad. El alcalde explicó a preguntas de INFORMACIÓN que se le ha comunicado al urbanizador del macroplan, que está colaborando, que no puede actuar allí. El primer edil indicó que existen dos posibilidades: trasplantar el árbol y situarlo en una de las zonas verdes previstas o modificar el propio plan para salvar el árbol en su ubicación actual. El Ayuntamiento se ha decidido por esta última opción porque para el caso de trasplantarlo se podría secar pues las raíces se extienden por el solar y otras fincas, y, además, desde el punto de vista legal la ley impide el traslado de árboles monumentales de su entorno habitual.
Viales
El acuerdo para modificar el plan pasa por una propuesta del municipio para hacerse con la conservación del vial de la Comunidad de Riegos de Levante Margen Derecha, que linda con el árbol, lo que permitiría al urbanizador no tener que realizar el que estaba previsto.
Colectivos conservacionistas han mostrado su extrañeza sobre el hecho de que el proyecto urbanístico, que sí tiene en cuenta las zonas forestales para que no resulten afectadas, obtuviera un informe de impacto ambiental favorable sin contemplar estos árboles ni el gran valor ambiental de las zonas de secano y cañadas afectadas por la urbanización. El Ayuntamiento convocó el lunes una reunión para informar sobre el desarrollo de las obras que afecta a docenas de propietarios y muy próxima a la pedanía del Campico.
